La comisión plenaria de Sostenibilidad y Medio Ambiente del Cabildo de Tenerife ha aprobado hoy por unanimidad la creación urgente de un grupo de trabajo que tendrá la encomienda de impulsar la creación y puesta en marcha de las reservas marinas de Anaga y Teno.

La moción aprobada a propuesta del grupo insular de Podemos tiene el objetivo de promover ante el Gobierno de España la importancia estratégica y la urgencia del establecimiento de estas reservas marinas, ha informado hoy en un comunicado el consejero de Podemos del Cabildo de Tenerife Fernando Sabaté.

Ese grupo de trabajo estará constituido por los sectores administrativos, de profesionales de la mar y de investigación implicados en las citadas reservas, dando especial importancia a las cofradías de pescadores.

Sabaté recuerda que el primer catálogo que definía una propuesta detallada de reservas marinas para el archipiélago se publicó en 1989 y que, desde entonces, se han ido materializando espacios marinos protegidos en prácticamente todas las islas.

"Pero sea por las razones que sean", lamenta, lo cierto, es que casi tres décadas después de la formulación de las primeras propuestas, aún no ha sido declarada ninguna Reserva Marina de Interés Pesquero en Tenerife.

"Ni siquiera ha sido suficiente el acuerdo institucional adoptado el año pasado por el pleno del Cabildo para impulsar su declaración", lamenta.

Sabaté aclara que la propuesta de priorizar las reservas de Teno y Anaga, aplazando la prevista en Rasca, responde a estudios y propuestas recientes.

La organización del sistema de vientos y corrientes fundamentales, el funcionamiento de la dinámica marina y la consiguiente distribución principal de larvas y propágulos, explica, permiten considerar que la reserva propuesta para Anaga se desempeñaría como un "semillero" para los sectores del litoral situados hacia el Este y el Norte de Tenerife.

Y la de Teno, añade, tendría un efecto equivalente para toda la banda suroeste de la isla.

"De este modo se facilitaría la regeneración del sistema marino en los tres lados del cuerpo más o menos triangular que conforma la parte emergida de Tenerife", resalta.

Incide en que el retraso en su puesta en marcha supone un flaco favor tanto para la recuperación del ecosistema marino, como para la sostenibilidad biológica y económica del sector pesquero profesional.

En cuanto a la inversión económica, Sabaté concreta que estimaciones basadas en la experiencia de las reservas marinas ya declaradas en Canarias indican que su coste de funcionamiento ronda en torno a un millón de euros en el primer año de su establecimiento y entre 200.000 y 300.000 los años siguientes, dependiendo de las condiciones particulares de la reserva y de las iniciativas que se quieran poner en marcha en cada una.

Agrega que ese coste debería ser asumido con consignación presupuestaria de las tres administraciones concernidas, la estatal, autonómica e insular.