El punto de partida es el París que iluminó los "Cien años de soledad" de García Márquez, la ciudad en la que se fueron anudando grandes sueños artísticos, las calles en las que un creador era un sinónimo de bohemio... "Por fortuna estamos rompiendo esas etiquetas", avanza el colombiano Octavio Albaláez en una conversación en la que se distinguen algunas de las claves que expondrá hoy y mañana en el taller de internacionalización del producto cultural que se celebrará en el Auditorio de Tenerife. "Durante buena parte del siglo XX a los creadores se les asociaba con una actividad complementaria de un trabajo o hobby... Pero ser artista es un oficio igual de duro y sacrificado que cualquier otro", afirma el codirector del Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur (MAPAS); un proyecto que lidera el Cabildo de Tenerife que nace con el objetivo de ser una estación en la que confluyan las ideas que desarrollen los creadores de artes escénicas en vivo.

El director del mercado cultural de Medellín Circulart y del Festival de Teatro de Manizales, entre otros cometidos, considera que el respeto que hay que tener hacia los artistas se debe fundamental a partir de "la capacidad que puedan tener estos para vivir con dignidad del trabajo que desarrollan. Para que un pianista, un coreógrafo o un actor puedan aparecer en un escenario hay que agotar antes un montón de horas que hay que dedicar a aprender y, por supuesto, al ensayo... Lo mismo, aunque con otros matices, es aplicable a la labor que realiza un escultor, un escritor o un pintor", enumera Octavio Arbeláez en una fase de la conversación en la que remarca que "es importante dignificar el oficio del artista para que el diálogo que se establece entre este y el público sea claro", manifestó un gestor que asegura conocer las herramientas que se necesitan para vender un producto cultural.

Sobre las dificultades que existen a la hora de dar visibilidad a un sector tan complejo en un ciclo económico que aún está tocado por la incertidumbre, el colombiano considera que "nadie se atrevería a poner en tela de juicio al segmento agropecuario porque sabe que, aunque las cosas no marchen todo lo bien que se quiere, es un elemento financiero que no podemos abandonar... Pues con la cultura debería pasar algo parecido, porque está demostrado que es un generador de ingresos económicos que se pueden reutilizar en otros ámbitos de la sociedad", defiende respecto al componente identificativo que se derivan de todos los procesos artísticos.

Octavio Arbeláez tiene claro que "MAPAS no es un proyecto excluyente, sino que está abierto a todos los países que compartan nuestras inquietudes. No me gusta hablar de países amigos y países enemigos. Esos posicionamientos no pueden aparecer a la hora de distribuir una mercancía tan sensible como esta", destaca antes de hablar de las ideologías. "No creo que el mundo de la cultura se haya politizado, más bien creo que la política es algo tan valioso, un compromiso social que debería escribirse en mayúsculas, como para entregársela a los políticos... Nos pertenece a todos y, por lo tanto, hay que tener un control sobre ella. Me molesta que haya gente en el mundo de la política que crea que esto es como hacer una apuesta en una carrera de caballos, es decir, si un partido tiene tres representantes y el otro siete. Por encima de esos número, que sí que tienen un valor reconocido por la sociedad, deben primar los intereses generales: el mundo de la cultura es un escenario ideal para encontrar lugares de encuentro donde aparentemente existía una diferencia que parecía insalvable", asegura un abogado que, además, tiene un postgrado en Filosofía y Marketing Cultural.

De la capacidad para generar un pensamiento único entre el autor de una obra y la pieza que muestra al público, Arbeláez expone que "si la reflexión no está en un proceso creativo no existe el arte... Sin eso no puede haber desarrollo, que es el alma de cualquier arte escénica", concluye el responsable de un taller en el que hay más de medio centenar de inscritos y cuyo temario abordará temáticas como la cultura, idiomas, legislaturas...

Octavio

Arbeláez

cOdirector de MAPAS