El cineasta y guionista catalán Josep Vilageliu (Barcelona, 1948), residente en Tenerife desde hace más de tres décadas, y el grancanario Daniel León Lacave comparten hoy, a las 20:00 horas, la sala de proyecciones del Tenerife Espacio de las Artes de la capital tinerfeña para estrenar sus últimos cortometrajes, dos filmes pertenecientes al denominado "cine leve" e inscritos en el género de terror.

Vilageliú mostrará "Al borde del agua", mientras que León "La otra", un trabajo protagonizado por Cristina Piñero, Saida Fuentes, Yazmina Guerra y Sol Mendoza, ambientada con la música compuesta por Jonay Armas.

La trama de "La otra" se centra en tres amigas que se van de campin a la orilla de una presa, donde pervive la leyenda de una niña que fue asesinada al pie de un árbol, el árbol de Casandra, en las cumbres de Gran Canaria. Este hecho sirve de excusa al realizador para abordar una historia en clave de terror, cuyo trasfondo refleja la soledad y la marginación social.

Por otro lado, Vilageliu, con cuarenta películas a sus espaldas, compartirá con el público uno de sus últimos títulos, "Al borde del agua", producida por La Mirada Gorostiza, treinta y cinco minutos que han sido rodados en el Puertito de Güímar, con música compuesta en exclusiva por René Martín.

Leonor Cifuentes, Judith Klejn, Idaira Santana, Laura Gómez, Rebeca Campo y Bibi Rodríguez forman el elenco del acontecer de Ana, que vive en un pequeño velero y una noche, cuando regresa a su "vivienda", encuentra las luces del camarote encendidas y a alguien en su interior. Se trata de una chica que no habla español y tiene una herida en la cabeza. Días después se encuentra a otra joven desvanecida en el pantalán, a pocos pasos del velero. La llevan al barco y la chica no se despierta.

"En realidad las dos películas responden, por un lado, a una etiqueta que nos inventamos hace un par de años, el cine leve, y ambas coinciden en acercarse al cine de género. En el caso de Daniel es una aproximación al cine de terror y en mi caso, al cine de terror o cine inquietante. En ambos casos son excusas para hablar de otras cosas, de la soledad de las personas, de la situación en estos momentos de incertidumbre laboral y vital por culpa de la crisis".

Este veterano realizador defiende la idea de que "el cine de género es utilizado, a veces, para luego contar cosas. Siempre ha sido así. En mi caso juego un poco con las expectativas del espectador, porque la película empieza de una manera un tanto inquietante, como que va a pasar algo, y luego toma otros derroteros".

A Vilageliu, que este año cumple cincuenta años desde que rodó su primera producción, siempre le ha gustado generar emociones y originar cierta expectación en los espectadores con sus trabajos, en los que ha "picado" de casi todos los "palos" tratados en el mundo del arte cinematográfico a través de sus numerosos cortos y varios largos, como "Bajo la noche verde" o "En los arrozales", este último protagonizado por dos parejas que se hablan a través de una webcam. Esta cinta la realizó sin salir de casa, con dos ordenadores, siendo el primero que hizo este tipo de propuestas en España.

"Lo que expone claramente Al borde del agua, de alguna forma, son emociones. Es quitarle un poco la anécdota del terror. Imagínate que estamos hablando del mar y va a salir un tiburón, un bicho raro que los va a comer a todos. Esto provoca en los personajes y a su vez en el espectador una inquietud de que les va a pasar alguna cosa. A fin de cuentas me quedo con las emociones a flor de piel que tienen los personajes".

Este amante del cine de autor e independiente, que describe paisajes humanos en sus proyectos, también plantea reflexiones sobre qué poner dentro y qué poner fuera del rectángulo de la ventanilla de la cámara, además de encerrar muchas claves en sus filmes, pero no por lo que hay en los mismos, sino por lo que deja de haber.

Otra característica que define el sello de este cinéfilo, además de su afán por experimentar, es su militancia en el "cine leve", motivado por el escaso presupuesto con el que cuenta normalmente para poder abordar grandes producciones.

"Me lo planteo al revés. Uno normalmente escribe un guion en el que hay un barco, una montaña, entre otros elementos ..., y empiezas a hacer las localizaciones y ver qué gente puede participar y te la vas pegando porque no encuentras ese barco, etcétera. En este caso partimos al revés, alguien nos prestaba un velero, una actrices querían rodar con nosotros... a partir de ahí escribí un guion adecuado a lo que ya tenía".

Josep

Vilageliu

director de cine, guionista y crítico