Javier Caraballero (Santa Cruz de Tenerife, 1989) es uno de los fichajes estrellas del Carnaval del Caribe. Se estrenó con el espectáculo de los Reyes Magos, en el Rodríguez López, si bien ya en mayo hizo los bocetos de su escenario para el recinto. Caraballero tan pronto dirige la llegada de los Reyes Magos que pinta un escenario de Carnaval, y hasta dirigirá los concursos. Un 4x4.

Desembarca de la mano del director artístico, Enrique Camacho, a quien conoció en el Auditorio de Tenerife, donde fue durante cuatro años jefe de atrezo. Según explica, desde el 20 de mayo tenía claro cómo sería el decorado del Caribe. Todo comenzó con un café con Enrique en el Auditorio, donde le pidió un boceto. El primer dibujo fue del hotel y se lo entregó el 27 de mayo. "Lógicamente yo hablé con la concejala para informarla de lo que me había planteado Enrique", precisa

Caraballero admite que es complejo dibujar el Caribe, pero sobre todo tiene que elegir qué plasmar. "Este escenario identifica el Caribe, hay pinceladas de tradición, como las palmeras o la arquitectura colonial, que se combinan con otros elementos más modernos. Cuando te hablan del Caribe tu piensas en... vacaciones".

Frente a lo más convencional, loros o frutas, apuesta por una "onda más moderna", dice, como el fondo del mar o el pueblito, incluyendo dos sets giratorios para dar agilidad a los concursos de agrupaciones musicales y comparsas. Mientras una esté en directo, otra montará. Al acabar, giran y con todo preparado se sucederá el grupo siguiente. Todo, para evitar que los preparativos tarden más que la actuación en sí. O sea, cambiar la tónica habitual.

El sueño de Javier Caraballero es diseñar un escenario para la plaza de España, y elogia el grado de ejecución del decorado del Caribe gracias a las constructoras Rolenart y Caballo de Troya, sin olvidar la ayuda y magisterio de Luciano Delgado. De su escenografía... su rincón favorito es el pueblito.

"El escenario se va a parecer mucho al que pinté", dice con humor. Pese a su juventud, evoca el decorado de "Los locos años 20" (2002), que construyó precisamente Caballo de Troya, con diseño de Paco y David Bello. Entre lo más complejo de su labor, la coordinación entre parte artística y técnica, pero destaca la colaboración de un gran equipo humano.

Desde hace ya dos semanas "vive" en el recinto, pues alterna la supervisión de la construcción de su escenario con los preparativos de la dirección de los concursos, otra faceta más.

De Caraballero dependerá que por fin el concurso de agrupaciones musicales y comparsas transcurra con agilidad, sin eternas esperas. Y, lo que es más difícil, cumplir la expectativa de la gran final de murgas que alimentó desde hace tres años Camacho. De momento, repite Alexis Hernández; falta ver si sigue el formato "americano". Ahora, a por el más difícil todavía.