Un empresario inmobiliario y una entidad financiera denunciaron que fueron víctimas de una estafa en Tenerife. Y, tras varios análisis de dos expertos, en ambos casos se usó el mismo procedimiento y por parte de las mismas personas. El "modus operandi" detectado consiste en obtener una firma auténtica de las víctimas, después de intercalar en los documentos que se rubrican un papel "trampa", con un trozo de folio pegado (donde se plantea lo que el afectado ve y firma) y que posteriormente se despega y queda al descubierto el aspecto contractual que favorece a los presuntos estafadores.

Este asunto está siendo investigado por los criminólogos canarios Félix Ríos y Óscar Díaz, quienes han visto similitudes entre tales hechos, que se llevaron a cabo con tres años de diferencia.

El primero de ellos afectó a A.M., un empresario inmobiliario de la capital tinerfeña. En el año 2010, esta persona firmó un documento contractual de arrendamiento con los presuntos estafadores y varios años después recibió de estos una demanda civil en la que le reclamaban un millón de euros, en base a un supuesto contrato de reconocimiento de deuda incumplido.

El empresario denunciante pudo comprobar que, efectivamente, su firma auténtica estaba en el contrato en el que se basaban los presuntos estafadores.

Sin embargo, la víctima estaba completamente segura de que el texto del contrato que firmó era otro.

Los peritos privados contratados por el abogado penalista Manuel Gallego Águeda, letrado del citado empresario, detectaron al estudiar el original del contrato que, entre el texto del mismo y las firmas, existían a nivel microspópico restos de una sustancia adhesiva e, incluso, de fibras de otro papel.

Los mencionados criminólogos trabajan sobre la hipótesis de que el presunto estafador pudo colocar, pegados, un folio sobre otro y, durante la firma de varios ejemplares del contrato auténtico, presuntamente "coló" el documento falso, en el que firmó el empresario denunciante.

Posteriormente, siempre según la versión de los peritos Félix Ríos y Óscar Díaz, el supuesto falsificador únicamente tuvo que despegar el folio trampa y así obtuvo un contrato con texto falso u ocultado al empresario y firma auténtica.

La agencia de detectives JNH realizó un "monitorizaje" al empresario víctima, colocándole diversos micrófonos y provocando un encuentro casual con uno de los presuntos estafadores, que supuestamente llegó a decir que conoce una fórmula milagrosa que le haría ganar mucho.

Meses después, los criminólogos detectaron un segundo caso. En el año 2013, una entidad financiera sufrió un fraude de casi 3.500.000 euros. Dichos peritos volvieron a encontrar en el documento original de esta segunda supuesta estafa restos de pegamento y fibras entre el texto y la firma del contrato. El hombre que firmó ambos contratos junto a las víctimas responde a las iniciales de A.H., por lo que los criminólogos tratan de confirmar si existen otros casos de similares características, donde un ciudadano particular, el dueño de una empresa o una entidad financiera se hayan visto envueltos en un hecho de estas características con la citada persona.

Ofrecen un correo electrónico (estafamillonaria@gmail.com) para que posibles víctimas puedan exponer su caso. De momento, ambas estafas se encuentran en fase de investigación.