Inventor de formas basadas en metáforas de la vida es el oficio al que se dedica el escultor palmero Medín Martín (Breña Alta, 1955), quien presenta una selección de la obra que ha realizado durante los últimos dos años, tras jubilarse de su tarea como profesor de la asignatura de Volumen durante treinta y cinco años en la Escuela de Arte y Superior de Diseño Fernando Estévez de la capital tinerfeña. Son una veintena de piezas y tres dibujos de una serie que ha titulado "Mirando al cielo", resultado de las reflexiones que ha realizado tras la observación de la infinita bóveda celeste. "Las obras son referencias al desarrollo de la Humanidad, que siempre ha estado pendiente del paso del tiempo, del cielo. Todas las piezas son de formato pequeño, excepto una de algo más de un metro. En esta exposición también dejo constancia de que se cumplen treinta años desde mi primera individual".

La calidez de la madera, la cerámica y el bronce son los materiales que ha utilizado para realizar las formas que le han sugerido sus observaciones del cielo en diferentes días, horas, estaciones del año y estados de ánimos que ha vivido. El resultado son piezas geométricas y orgánicas, algunas de las cuales evocan incluso animales fantásticos, con claras referencias al mundo fantasmagórico de El Bosco, e incluso semillas y nubes caprichosas, entre otras diversas lecturas que dependen directamente del observador de la obra y de su bagaje vital.

La inmensidad del cielo, su carácter cambiante, la belleza y el misterio que lo rodea son simples pretextos para crear, para transmitir a los demás esas sensaciones que nacen de lo cotidiano y de la espontaneidad de un consagrado artista cuyo lenguaje se caracteriza por ofrecer una lectura fácil, además de transmitir siempre serenidad y esperanza.

Medín Martín, autor de obras públicas como la aguadora de la fuente de Santo Domingo en Santa Cruz, pretende compartir con sus semejantes esas vivencias y sensaciones que le provoca el mundo que le rodea, incluido el cielo.