Eduardo Berizzo, entrenador del Celta, y Mauricio Pellegrino, del Alavés, aplazaron la resolución de una de las semifinales de la Copa del Rey para el próximo miércoles en Mendizorroza, tras empatar a cero en la ida en Vigo.

Fue un partido con oportunidades claras en el equipo gallego, que creó peligro, sobre todo, en la segunda mitad, cuando apareció Iago Aspas, y chocó contra el rigor táctico del conjunto vitoriano. La eliminatoria queda abierta.

La carta de presentación de los dos equipos fue clara: mucho orden táctico. Ninguno asumió riesgos en ataque. No fue el Celta un equipo valiente, agresivo en la presión y descarado en ataque. Chocó contra el Alavés, bien colocado, seguro, magistral en su repliegue, cómodo en ese escenario.

En una primera parte igualada, con mucha lluvia en Balaídos, y campo pesado, el Alavés desdibujó al Celta con el paso de los minutos. El Celta mejoró en la segunda parte, aunque el Alavés asustó a Balaídos con un envenenado centro de Theo para Manu García. Solo fue un aviso.

Salió Iago Aspas al rescate de su equipo. Le contagió su energía, su ambición. Y concentró varias ocasiones claras. Aspas monopolizó el juego del Celta. Pero no marcó.

0-0

celta-alavés

RC Celta: Sergio; Hugo Mallo, Cabral (S. Gómez, 80''), Roncaglia, Jonny; Tucu, Marcelo Díaz; Radoja, Wass (Guidetti, 76''), Bongonda (Sisto, 68''); Aspas

Alavés: Pacheco; Femenía, Laguardia, Feddal, Theo; Manu, Llorente; Toquero (Édgar, 62''), Camarasa (Romero, 83''), Ibai (Vigaray, 75''); Deyverson

Árbitro: González González. Amonestó a Bongonda, Llorente y Camarasa.

Incidencias: Unos 19.000 espectadores en el estadio municipal de Balaídos.