La más reciente rebelión es la de la mentira, que se ha instaurado como vencedora en la sociedad, ya que cuando existe una rebelión es para dislocar el mundo y que aparezca un nuevo paradigma, el cual en este caso es la mentira con su triunfo sobre la verdad.

Concepto este de "posverdad" que mal-usan los que presumen de diletantes y que no son otra cosa que pertenecientes a la escuela, donde se practica el sofisma y que no entienden, o no quieren entender, que navegan por el mar de la mentira, lo que no es una novedad.

Baudrillard, cuando escribió en el año 1991 "La guerra del golfo no ha existido", nos relata cómo es el simulacro, la mentira desnuda, la que se posiciona de todos los informativos y su calado en la opinión popular hace que las emociones y las creencias estén por encima de los hechos acontecidos.

Sin dejar de mencionar la hermenéutica de Gadamer, que profundizando en el porqué de las motivaciones del lenguaje ya había transitado por el mundo que deshacía la realidad de las cosas, dándole predominancia a lo virtual y a todo aquello que, sometido a la manipulación, hacía posible que se desnaturalizara la realidad.

Reforzando todo esto y de manera también embustera, a quien se le atribuye esta palabreja parece ser que fue al dramaturgo servio-estadounidense Steve-Tesich, en 1992, en un ensayo sobre la cubierta de la verdad, donde el cascarón es endeble y lo que prevalece al día siguiente no es aquello que se reforzó el día anterior, sino la emoción que ha dejado y la creencia desarrollada, que ha condicionado a los individuos.

Defender la verdad no está de moda. Hay que ir mas allá. Hay que arrumbarse en el disimulo y el escándalo de la mentira. Lo falso predomina ante la certeza que puede producir la verdad cuando se somete al razonamiento lógico de la realidad palpitante, y sabemos a su través qué decisión tomar sobre esta o aquella cuestión vital y de suma importancia no solo para una colectividad determinada, sino hasta para un país entero.

El mundo de la mentira o el de medias verdades es el que anima a la política. Es un lenguaje encriptado que han desarrollado los que pregonan a los cuatro vientos cuando nos sueltan aquello que "son verdades como puños", cuando en realidad no es otra cosa que la endecha de muerte de la verdad.

Verdad necesaria para tener sensaciones que produzcan satisfacción, no sentimientos frustrantes que pueden ser encandilantes un día, pero que al siguiente nos encontraremos en la peor de la soledad con un mundo de tenues luminarias, donde sombras tambaleantes se esconden en las esquinas de una mentira recurrente y de rango superior al real.