Tyronne del Pino (Gran Canaria, 27-1-1991) lleva apenas medio mes en el Tenerife, pero ya habla de su nuevo equipo con el entusiasmo de cualquier canterano de la plantilla. El mediapunta cedido por la UD Las Palmas inicia esta etapa dispuesto a dejar huella.

¿Qué tal sus primeras semanas como futbolista del Tenerife?

Muy bien. Todos me lo han puesto muy fácil: los compañeros, el cuerpo técnico... las sensaciones son muy buenas. Me voy poniendo al día y trato de acoplarme, asimilando la filosofía del entrenador. Vamos por buen camino.

Le habrá resultado más fácil que cuando salió a Barakaldo y Huesca.

Estuve en Barakaldo seis meses y dos temporadas en Huesca. Ya son tres salidas en mi carrera y la diferencia está en que ahora me encuentro muy cerca de casa. Mi familia puede venir y yo también puedo viajar a Las Palmas. Esa es una gran ventaja. Desde el primer momento, el club me transmitió confianza y por eso decidí venir. Estoy muy contento por haber tomado esta decisión.

¿Qué impresión se llevó al entrar en el vestuario?

Muy buena. El recibimiento fue fantástico. Ya conocía a algunos jugadores por haberme enfrentado a ellos, y a Omar, de las categorías inferiores de la UD Las Palmas. El vestuario es muy solidario; aquí van todos a una. Es una de las claves que han situado al equipo en una buena posición.

¿Tuvo alguna duda de cómo iba a ser recibido?

Cuando uno va a un sitio nuevo, siempre tiene esa incertidumbre y necesita un período de adaptación. En los primeros días tratas de contactar con los compañeros de la mejor manera posible, y te esfuerzas en entender la filosofía del míster. Es lo que trato de hacer. Soy un jugador con mucha personalidad y he venido a sumar y aportar mi granito de arena. Vine con incertidumbre, sí, pero con la seguridad de que el grupo es bueno y sano, y el convencimiento de que iba a poder aportar cosas.

¿Pensó en la rivalidad que hay entre Las Palmas y el Tenerife?

No, para nada. Esa rivalidad es sana. Nunca miro esas cosas. Es una rivalidad deportiva. A fin de cuentas, esto es un trabajo y aquí me transmitieron confianza y me han querido, y uno tiene que ir al sitio en el que le quieren. La incertidumbre a la que me refiero es solo por ir a un sitio nuevo. Pero tenía la seguridad de que me iba a adaptar muy pronto al club.

¿Qué concepto tenía del Tenerife antes de unirse a él?

Siempre fue bueno. Como decía antes, la rivalidad entre los dos clubes es deportiva y sana. El Tenerife es un equipo con mucha historia, al igual que la UD Las Palmas, y tiene un estadio que siempre me gustó. Aparte de eso, me quedo con la racha que tiene ahora, que es muy positiva y que todavía pone más fácil la adaptación de un jugador. Por eso me animé. El equipo está en alza y veo que la gente está muy ilusionada con el Tenerife. Creo que es un motivo de peso para escoger esta opción.

¿No cree que el buen momento del Tenerife también puede complicarle su objetivo de ser titular?

El equipo está funcionando bien, hay compañeros que lo están haciendo muy bien y así es más complicado entrar, es verdad. Pero, por otra parte, también lo facilita, porque es mejor para la adaptación que el equipo esté en una buena dinámica. Soy un jugador de mucha personalidad y vine para ponérselo difícil al míster y a trabajar duro. Poco a poco me irán conociendo y viendo mi fútbol. Estoy seguro de que iré creciendo con el paso de las jornadas y del día a día.

¿Le costó mucho dejar al equipo de su vida ahora que está destacando en Primera División?

Es verdad que a uno no le gusta nunca salir de casa, y menos cuando tienes la oportunidad de jugar en Primera División, que es el sueño de cualquier futbolista y no es algo fácil de conseguir. Pero no hay que estar donde no te sientes valorado o no recibes las oportunidades que, por diferentes motivos, crees que mereces. Prefería estar en un equipo en el que me quisieran, y el Tenerife mostró mucho interés y confianza en mí y en mi juego, y esa es una oportunidad que no se puede dejar escapar.

¿Cuál fue el consejo que le dieron en la UD Las Palmas?

Me dijeron que el Tenerife tenía mucho interés en mí, que me habían visto en los partidos de pretemporada y demás, y que le había gustado mucho al míster (Martí) y al director deportivo (Serrano). Tuve el beneplácito de Las Palmas, porque hay muy buena relación entre los clubes, a pesar de lo que se pueda pensar. Martí me llamó personalmente y Serrano también lo hizo. Es una ventaja tener la confianza de un entrenador.

¿Qué le dijeron en su entorno cuando recibió la oferta del Tenerife en el mercado de enero?

Mi familia me apoya siempre en cualquier decisión que tomo. Están muy contentos, encantados, porque estoy cerca de casa. Estuve muy lejos hace dos temporadas, en Huesca, y, quieras o no, eso se nota. En lo personal y en lo futbolístico, me fue genial en Huesca, pero ahora estaré en continuo contacto con mi gente, y pasará lo mismo con la familia de mi novia. Fui padre hace dos meses y eso es importante. Es otra de las razones por las que quise venir.

Desde que se supo que iba a fichar hasta la confirmación, pa-saron unos días. ¿Cómo lo vivió?

Di mi palabra de que si salía de Las Palmas, iba a ser para venir al Tenerife, pero los representantes trataron de buscar otras opciones de la misma categoría, de Primera. También hubo algo en medio con Las Palmas. Se solucionó y pude venir, que es lo que quería. Y aquí estamos para contribuir a la buena marcha del equipo.

¿Manejó otras opciones?

Sí. Tuve otras opciones de grandes equipos de Segunda División, como Cádiz y Valladolid, y de alguno más, pero el interés del Tenerife y del entrenador, y todas esas llamadas, fueron muy importantes para mí. Salí de casa buscando regularidad y minutos, y para sentirme futbolista y alguien importante en un vestuario para poder sacar mi mejor fútbol.

¿Ya lo va sintiendo?

Sí, poco a poco. Es pronto. Para mí ya fue importante que el míster me convocara en mi primera semana en el equipo y que me esté dando minutos. La verdad es que me sentí muy cómodo en la mediapunta. A partir de ahí, es cuestión de adaptarse y de ir cogiendo rodaje. En Las Palmas no pude disputar muchos encuentros y me falta ritmo de partidos, pero poco a poco lo compensaré, porque me estoy esforzando en los entrenamientos. Me falta competir y ganar minutos, pero estoy seguro de que creceré mucho.

¿Está al tanto del éxito de muchos de los grancanarios que pasaron por el Tenerife?

Si la tradición es buena, ¿para qué cambiarla? Sí me han dicho que por aquí pasaron muchos grancanarios que tuvieron muy buenas etapas, como Robaina... Es otro factor que me animó a venir y hacer mi fútbol de la mejor manera.

Su caso es el de un canterano de Las Palmas al cien por cien.

Pasé toda mi vida en el club, desde benjamines. Fue Germán Dévora, el "Maestro", quien me metió en la Unión Deportiva. Jugué en todas las categorías.

Hasta que debutó con el primer equipo de la mano de Paco Jémez.

Estaba a caballo entre el filial y el primer equipo. Tenía 19 años. Paco Jémez me hizo debutar, pero antes ya me había llevado a la pretemporada. Demostró mucha confianza en mí para lo joven que era. Pero sufrí una lesión del ligamento cruzado y eso me frenó en seco. Estuve 14 meses sin poder jugar.

¿Tanto tardó en recuperarse?

Tenía entre 19 y 20 años. A esa edad viví la cara más amarga del fútbol. La sufrí de primera mano. Aparte de pensar en si iba a volver a jugar o no, la verdad es que temí bastante por mi integridad, porque estaba ingresado, tuve que tomar antibióticos... En la operación me entró una bacteria que me infectó la plastia del ligamento cruzado de la rodilla. Lo pasé bastante mal y estuve alejado de los terrenos de juego. Tuve una mala racha, pero eso pasó. Ya tengo 26 años.

¿Llegó a plantearse la posibilidad de poner fin a su carrera?

Nunca. Es verdad que lo pasé muy mal, pero siempre tuve en mente que iba a salir adelante, que me iba a poner las botas otra vez.

Siendo zurdo, ha completado algunas de sus mejores actuaciones como extremo derecho. ¿Dónde se siente más cómodo?

Toda mi vida he sido mediapunta. Me siento cómodo por detrás del delantero, moviéndome entre líneas, con libertad. Es verdad que en los últimos años jugué de interior derecho, con la misma facilidad y con libertad para meterme hacia dentro, hacia mi pierna buena. Ahí también me encontré bien, porque llegaba al área, al segundo palo, y pude marcar muchos goles, sobre todo en el Huesca, donde me pusieron bastante en esa posición, al igual que hizo el míster Víctor Afonso en Las Palmas Atlético.

¿Diría que quienes no tienen muchas referencias sobre usted, se van a sorprender?

Soy mucho del día a día. Parece que es un tópico, pero es algo que tengo muy en cuenta. Ya me irán conociendo. Voy a intentar hacer mi trabajo lo mejor posible y estoy seguro de que si me respetan las lesiones y tengo continuidad, se verá mi mejor versión.

¿Qué le gusta del Tenerife?

Compite muy bien en una categoría que es muy complicada y muy larga, con partidos muy trabados. El Tenerife espera el momento justo y tiene la paciencia que hay que tener para madurar los partidos y dar un golpe. He visto al equipo muy metido y constante, y con la idea de que en cualquier momento, puede inclinarlo a su favor. En esta categoría, tener la paciencia para madurar los partidos es una virtud muy grande, y el Tenerife la tiene.

¿Encuentra argumentos para pensar que competirá por ascender a Primera?

El equipo es ambicioso, está en dinámica positiva y eso es muy importante. Aquí, cualquiera que juega, lo hace bien; lo estamos demostrando. Debemos pensar que podemos seguir en esa posición e incluso mejorarla. Veo que la afición también está con mucha ilusión por ver al equipo en esas posiciones. Es lo que hay que hacer; y llenar el Heliodoro, porque cuando es así, se vive el fútbol de otra manera. Hay que aprovecharlo.

Se le ve muy implicado.

Es que si me transmiten la confianza necesaria para crecer futbolísticamente y sacar mis cualidades, me implico al cien por cien. Ya me pasó en el Huesca, donde me sentí un miembro importante del vestuario. Y aquí también lo estoy notando, aunque todavía es pronto.

En su camiseta se lee Tayron en lugar de Tyronne. ¿Por qué?

Es la primera vez que lo hago. Viendo partidos por la tele e incluso estando en el campo, cuando el speaker da la alineación, me ha pasado que me han llamado de manera incorrecta: Tirón, Tironé... Todo menos como debe pronunciarse.