Tiene más carácter simbólico que jurídico y práctico, pero, sin duda, lo ocurrido en el Ayuntamiento tacorontero ayer guarda una especial relevancia política a escala local, regional y estatal si realmente se le da importancia a esa lacra llamada transfuguismo. El Pleno local, por doce votos a favor y 7 en contra (faltaron dos ediles de la oposición), reprobó ayer al alcalde, Álvaro Dávila, y a su nuevo compañero de gobierno, Honorio Marichal, por el detalle clave de que, en las elecciones de 2015, se presentó en las listas de Sí se Puede y ya desde ayer ejerce como si fuera un edil más de CC, impidiendo una eventual censura progresista y, tal vez, asegurando la continuidad de los nacionalistas en el poder hasta 2015.

El claro caso de transfuguismo fue presentado así por todos los grupos de la oposición, aunque la intervención de Teresa Barroso (PP) desconcertó a más de uno, hizo temer que a Dávila le valiese su voto de calidad para abortar el feo de ayer y, al final, sorprendió porque sí que respaldó una reprobación que dijo al principio que no apoyaría. Por el camino, indicó que lo hecho por Marichal podía entenderse como un acto de responsabilidad, para, al poco, condenar con contundencia el transfuguismo, recalcar que el PP rechazaba lo ocurrido y, eso sí, recordar que, en 2011, el PP sufrió también un caso así con la marcha de un edil al grupo mixto, en el que estaba SSP. Además, censuró a los grupos "progresistas" (sin especificar más) que en este mandato se le haya llamado corrupta, se le haya insultado o enviado "octavillas" a su casa en ese sentido sin reprobaciones en el pleno o los medios.

Al presentar la moción, la primera en intervenir fue la portavoz de SSP, Violeta Moreno. Muy enojada con Marichal, se dirigió al edil, sin embargo, varias veces con cierta suavidad para invitarle a dejar su acta o reprocharle que no asistiera a la asamblea local de su partido del sábado previo a la noticia, pero sí a una misa de barrio al día siguiente. Lamentó la imagen que se estaba dando del municipio y le reprochó al alcalde que dijera en numerosas ocasiones y diversos medios que solo buscaran protagonismo cuando los que han salido con varios artículos en prensa han sido él y el edil tránsfuga. Evitando las entelequias, habló sin tapujos de día "triste y lamentable" para la democracia local, de "caso de transfuguismo de libro" (evocando Las Teresitas), de compra y venta de voluntades, de "comportamiento mafioso" del alcalde y de que no había problemas internos en SSP hasta que se conoció "esta traición". Además, recalcó que Marichal aprobó negociar una censura con la izquierda y, en los turnos de réplica, acusó a Dávila de mentir con su reiterado mantra de "los del no a todo" porque, entre otras cosas, han aprobado diversas mociones y, nada menos, el presupuesto de 2016.

Más duro, incluso, fue el efímero exalcalde y portavoz de Por Tacoronte, Rodolfo León, quien propuso a SSP ampliar la reprobación al alcalde, al que, como NC y PSOE, considera el auténtico culpable de la imagen local. A su juicio, se trata de un caso de "corrupción política" del que cree "el peor" alcalde de la historia democrática local "incapaz de reconocer cuándo el pueblo le ha retirado su apoyo" porque ya no cuenta ni con la abstención del PSOE que le dio el cargo. Asimismo, recordó que está imputado por "cohecho, tráfico de influencia y prevaricación", y lo culpó del "desprestigio y el caos".

José Daniel Díaz (NC) pidió a Dávila que se someta a una moción de confianza por entender que la inestabilidad llegó con él en 2011, al tiempo que le dio a Marichal que había "metido la pata", que son formas reprobables y que el alcalde dice ahora todo lo contrario a lo que esgrimió ante los ediles del PSOE que apoyaron la censura en 2013. Carlos Medina (PSOE) le recordó a Marichal que, en política, como en la vida, se cometen errores y que aún podía rectificar o entregar su acta. Criticó duramente a Dávila y recalcó que su gran error fue cogobernar en 2011 con él.

El máximo mandatario alude al caso de Brito en Gran Canaria

Dávila acudió al pleno con un arma argumental hasta cierto punto poderosa frente a SSP: el caso del consejero Juan Manuel Brito en el Cabildo de Gran Canaria, al que, por flagrante error, llamó siempre "concejal". En su opinión, SSP se contradice al tildar a Marichal de "tránsfuga" y no a Brito, que de Podemos ha pasado a promover SSP en dicha Isla. Además, insistió en sus tesis de que a SSP le va más el nombre de "No Se Puede" y enumeró varias iniciativas que ha rechazado y otras de su gobierno que ahora apoyará el edil tránsfuga por abogar por "el bien local". Dávila le reprochó también lo de Brito a NC, pero Díaz le recordó que el presidente del Cabildo grancanario, a diferencia de lo que ha hecho él, ha pedido un informe jurídico para decidir qué hacer. Por supuesto, este punto eclipsó el resto del pleno. De hecho, desde el principio SSP afeó lo que ya ocurría con su edil expedientado y León criticó con dureza la situación en su primera intervención, con dos amenazas de expulsión por parte del alcalde. Ante una gran expectación mediática y vecinal, si bien sin incidentes, la sesión también evidenció la soledad de CC con lo ocurrido con un vecino al que el consistorio deberá indemnizar con 48.000 euros por los ruidos de una tasca.