Allá por 1984, Jerónimo Saavedra, siendo presidente del Gobierno de Canarias, escribió el primer acorde del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC) y le confió la dirección a Rafael Nebot (Las Palmas de Gran Canaria, 1951-2008), aquel joven que cautivó desde el primer compás al político y melómano con una charla sobre la Quinta de Mahler.

Juan Mendoza.

"A principios de 1984", rememora Saavedra, "le comenté que tenía intención de crear el festival, que debía celebrarse en invierno, porque no había ninguno de esas características en Europa, con la condición de que el programa tenía que ser doble, por el hecho de la capitalidad compartida. Y se puso manos a la obra".

Nino Díaz.

Candelaria Rodríguez.

De esta manera, a lo largo de 22 años -hasta 2006, cuando la infausta enfermedad lo apartó de tan apasionante tarea-, Rafael Nebot se encargó de impulsar y gestionar un proyecto llamado a convertirse en el certamen de música clásica de invierno.

De la incertidumbre y las dudas iniciales, Nebot aplicó su talento y esfuerzo en ir afinando el oído y el corazón tanto de las instituciones como del público, en el convencimiento de que era posible proyectar internacionalmente las Islas, con una programación orientada hacia la música sinfónica clásica y contemporánea, la presencia de grandes orquestas, las mejores batutas y solistas. El Archipiélago entonaba así los primeras notas de lo que se concebía como una marca, más allá de la imagen estereotipada de paraíso de sol y playa.

El "horro vacui" que suponía la ausencia Nebot condujo al "segundo movimiento". El 16 de abril de 2006, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes hacía público que el órgano de selección constituido para designar al nuevo director artístico del FIMC había decidido nombrar para el cargo a Juan Mendoza (Las Palmas, 1956).

El acuerdo se adoptó en sesión presidida por el consejero, Isaac Godoy; la viceconsejera de Cultura y Deportes, Dulce Xerach, y el director general del Libro, Archivos y Bibliotecas, José María Hernández, del consejo de administración de Canarias Cultura en Red, más la asistencia, como experto y especialista, del propio Rafael Nebot.

Juan Mendoza, arquitecto y exdirector de programación de la Sociedad Filarmónica de Las Palmas, resultó elegido entre seis candidatos preseleccionados de los once que optaron al concurso.

El comunicado oficial señalaba que se consideró la persona idónea por "su dominio del medio adquirido durante los cinco años que ejerció labores de programación en la Sociedad Filarmónica, así como por sus contactos con eventos musicales del continente como Salzburgo, Bayreuth y Münich".

En la designación también se valoró "su experiencia de tres años en la programación en la Asociación Wagneriana de Canarias, así como el conocimiento de los idiomas más importantes en el ámbito que nos ocupa: inglés, alemán e italiano".

El comité de selección ponderó su vinculación "con los eventos musicales de Canarias en los últimos años y su capacidad técnica y personal para llevar adelante la ejecución de las programaciones".

Mendoza dirigió tres ediciones: la de 2007, programada casi totalmente por Nebot, como la de 2008 en grandes líneas, y la de 2009, obra suya. Tras las elecciones de 2007 y el cambio de gobierno circularon rumores de sus diferencias con los políticos. Con el cierre se la vigésimoquinta edición se hizo evidente el divorcio y en julio de 2009 se anunció su cese.

El "tercer movimiento" se abría en julio de 2009 con la encomienda de la dirección del FIMC a Candelaria Rodríguez . Nacida en Las Palmas (la segunda con mejor puntuación en el concurso que lideró Mendoza), participó en la gestión y organización del Festival de Música Española de Viena a desde 2002 y en giras de artistas españoles en el extranjero. También en la organización del Festival Internacional de Música Ost-West-Mussikfest con sede en Viena y realización en Krems (Baja Austria), entre otros. Licenciada en Musicología Histórica y en Artes Escénicas y Ciencias Románicas por la Universidad de Viena y máster en Gestión Cultural-Empresarial, residió en Viena de 1984 a 2003, en París desde 2003 hasta 2008 y en Madrid desde ese año hasta 2009. Domina cinco idiomas.

Si bien se anunció que ocuparía la plaza de manera transitoria para afrontar la programación del 2010 y que, desde esa fecha, la Fundación del Festival convocaría el concurso público para la designación del candidato, Candelaria Rodríguez fue directora del FIMC hasta su cese, en abril de 2016.

Ese mes se inicia el "cuarto movimiento". La empresa pública Canarias Cultura en Red, dependiente de la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes, constituyó una comisión técnica de transición, con Benigno Nino Díaz (Lanzarote, 1963) como coordinador. Este músico, clarinetista, director de orquesta, docente y compositor, residente en Berlín, asumió la tarea de dar forma, en "tempo" récord, a la "inacabada" programación que inició su antecesora. El Gobierno se marcó el objetivo configurar un nuevo modelo de Festival que garantizara la eficiencia social, territorial y económica de esta cita.

Entre críticas "sonadas", la última nota, en clave de balance, está todavía por sonar.

El director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, José Luis Rivero, desde su condición de miembro de la Comisión Asesora del Festival Internacional de Música de Canarias (FIMC), explica que cuando la consejera de Cultura, Turismo y Deportes del Gobierno de Canarias, María Teresa Lorenzo, los reunió para explicarles cuál era la filosofía de la 33 edición, perviamente al inicio de la que se considera la cita musical más importante de cuantas se celebran en el Archipiélago, puso el acento en que debía entenderse como "una edición de transición".

Ahora, una vez que los últimos acordes musicales han ido en diminuendo y resuena con fuerza el ruido mediático, a juicio de Rivero "existe una responsabilidad por parte del Gobierno de Canarias, que debe definir qué modelo de festival quiere y cómo se va a gestionar".

En consecuencia, entiende el director insular que "debe convocarse un concurso público para cubrir la plaza de director artístico" y que será la persona designada, junto a su equipo de colaboradores, quien tome las riendas de las futuras ediciones de esta emblemática cita. "Estamos esperando que se nos comunique", dice.

Lo que verdaderamente preocupa al director insular es "que se establezca cuanto antes el modelo", para de esta manera perfilar la programación.

Como sucede con cualquier proyecto, Rivero considera que la reciente edición, que se ha visto acompañada por un coro en clave de polémica, "ha tenido luces y sombras", sin que esto represente una valoración negativa. Lo considera normal cuando se acometen propuestas de cambio.