Parece que fue ayer para la mayoría de aquellos que han seguido un erasmus, pero la historia de este programa de intercambio educativo europeo cumple 30 años y en España se ha pasado de los 95 pioneros universitarios que se atrevieron a hacer un curso fuera de España en 1987 a los 40.000 de ahora.

De hecho, puede decirse que Esramus comienza a ser una tradición que pasa de padres a hijos. Es el caso de Juan Ignacio Soto, que estuvo dos meses (mayo y junio de 1988) en la Universidad de Tesalónica (Grecia) como estudiante de doctorado. Hoy es profesor del Departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada. Su experiencia sirvió de ejemplo a su hijo Ignacio, enfermero en un hospital madrileño, que estuvo un semestre en Viseu (Portugal).