Zeta-Zetas entró anoche en el olimpo murguero y rompe la tendencia de los últimos tres años cuando Mamelucos, Diablos y Bambones se han repartido los primeros premios. Anoche, los chicos de Javier Lemus actuaron los séptimos de la noche y fueron arrolladores por su segundo tema. Nació la telemurga. Una espectacular puesta en escena donde la técnica y en particular la proyección en la pantalla se convierte en un componente de la murga. Zeta-Zetas, en catorce ediciones, solo había conseguido hace tres años un accésits de Interpretación; fue en 2015. Desde anoche, la generación de Javier Lemus, integrada por Santi Martel, Pablo Moreno y a la que esta edición apuntala Besay Pérez y los "rebotados" de María Jiménez Javier Suárez Plata, Anisu, Cristian Mapesi... han dado un paso de gigante.

Por el efecto sorpresa mayúsculo, Zerta-Zetas tenía garantizo el cartón del primero cuando bajó de cantar. De resto, era cuestión del gusto del jurado. Mamelucos había sido la más completa en calidad musical, letra, magia, y un tercero para Triquikonas fue un buen galardón.

Si Mamelucos fueron los más completos, aunque menos impactactes que Zeta-Zetas, las murgas punteras como Bambones y Diablos pincharon. Los primeros, no tuvieron el gancho de otros años, hasta parecieron hipotecar sus voces. Diablos Locos actuaron, pero no fueron trónicos, con ese disparate ordenado que enamora. Ni siquiera humor. Se busca.

Triquikonas, después del segundo de Interpretación de 2014, anoche se llevó un muy justo tercero de Interpretación, al ser las mejores, con su particular "Posesa", diez años después.

Llamó la atención que Trapaseros, con un disfraz de cartón, ganara el segundo de Presentación.

En los galardones que entregan los grupos, el premio a la mejor percusión, que entrega Trabas, recayó en la percusión de Zeta-Zetas. Por su parte, la distinción al mejor director que otorga Ni Pico-Ni Corto con el nombre de Borja Reyes fue para Almudena Domínguez, mientras que el Tom Carby fue para MasQlocas.

El premio Mama Lala fue para el personal de Fiestas, y Sonrisa de un Niño, para Distorsinados.

La gran final de murgas comenzó con puntualidad británica, a las 19:30 horas. Desde 120 minutos antes, miles de personas aguardaban a las puertas del recinto ferial para acceder a la fiesta del pasacalle, desafiando incluso a la lluvia. Y es que la cola daba la vuelta al recinto ferial y llegaba hasta la misma puerta.

Los primeros nueve minutos, el nuevo director del espectáculo, Javier Caraballero, apostó por un homenaje coincidiendo con el centenario que se conmemora esta edición del desembarco de la chirigota del buque cañonero "Laya", que sembró la semilla de la gran familia murguera, que hoy goza de una enorme salud.

El maestro de ceremonias, Alexis Hernández, animó al público, casi más que Ni 1 Pelo de Tonto, con su himno murguero que estrenó. Álex Hernández interpretó un cumpleaños feliz, se atrevió a hacer a 6.000 personas un "maniquí chalenger" para inmortalizar, con tarta incluida, el cien cumpleaños de la murga, con la presencia de todos los representantes de los grupos críticos de este año en el escenario.

Y, con una velocidad de vértigo, Alexis Hernández dio paso a la primera murga, la Afilarmónica Ni Fú-Ni Fá, con José Antonio González al frente. "El Flaco" le tiene cogido el pulso al público. Exdirector de Singuangos, animó a los presentes a cantar al ritmo de "Viva España". Solo dijo la frase ("lo siento, te jode"), y el resto lo hizo el público, entregado con hambre de vivir una gran final.

El primer tema, "Lo siento, te jodes", una referencia a lo que ocurrió en la fiesta de Las Palmas el año pasado. Con el público entregado, volvieron a interactuar en su segunda letra "inédita", como dijo el maestro "El Flaco" con gran ironía: "El cartel", donde el autor de la obra de Las Palmas fue el negro del whatsapp que le dio un "buen brochazo". Ahí se vino arriba la Fufa con Maxi López, el maestro de ceremonia del primer premio de Mamelucos 2016, y creció enteros, con el juego de solistas, en lo que culpaban de diferentes asuntos al canarión. Al final, El Flaco hizo magia. "Si a los tres minutos de poner a la venta las entradas..." y más de seis mil personas respondieron: "Echele la culpa al canarión", remató de forma brillante la (a)filarmónica Ni Fú-Ni Fá.

Antes de abandonar el escenario, la murga madre interpretó su "Cubanito", abriendo con cómo Clavijo mandó a los socialistas a... para referirse a las cláusulas de suelo, la cabalgata de Reyes, Eloísa González y las campanadas con "triángulos" o el "aeropuerto" de Las Teresitas, para concluir con un rajazo al jurado del concurso. Y para broche de oro, todo el recinto cantó el "Cubanito", que recuperó su melodía tradicional, demostrando que son mejores con estos argumentos que muchas murgas que dedican seis meses a preparar temas enlatados.

1.- Ni Pico-Ni Corto (1973).- Se esperaba mucho más de lo que demostró sobre el escenario; en fase estuvieron muy superiores. Lo mejor de su actuación, el pasacalles y su chicharrero. Solo con eso ya tenían al público en el bolsillo, pero cantaron, y lo hicieron a tantas voces como componentes para acreditar el número de integrantes por aquello de la denuncia que cuestiona si cumplían el mínimo. Nadie diría que la Ni Pico de anoche fue la misma que cerró la primera fase con Carlos Estévanez, director artístico, y Óscar Gómez. Anoche no tuvieron magia.

El primer tema, "Pecados capitales", una idea desarrollada por Yerai Lorenzo. Son siete pecados: lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y vanidad, pero ellos hicieron una versión recortada de pecados con referencias al límite, como cuando cantan sobre la lujuria o hablan del chuletón. Cuadran la avaricia del canarión y la soberbia. Pero en la soberbia solo el pecado, no su actuación.

Siguieron con "Positivo", de título, una letra de Nino Bello que mezcló la ironía y la sátira. Los Ni Pico de la final no tenían la magia de la fase, por más que intentaran cantar con ironía, como cuando dicen que si cortan la luz, lo mejor es que aprovechan las parejas para disfrutar de la oscuridad, entre otras. A partir de ahí, fue un batiburrillo, y acabaron pecando con un repertorio que por momentos se hacía cuesta arriba. Otra cosa buena de la Ni Pico de anoche, que fue la primera murga en salir a cantar.

2.- Triquikonas (2005). Presentación, con demagogia ("La gente de la comisión si no paga, por qué pago yo") para reventar pletóricas con su pasacalles. El pelotón del Carnaval, las chicas de Almudena Domínguez basaron su primer tema en una oda a los murgueros. Algo así como el pasacalle de Tras Con Tras elevado al grado de canción e incluyendo referencias a todas las murgas. Pretenden sentar cátedras en lo que es una murga y se refieren a los niveles de exigencia sobre el todo o la afinación para pedir el aplauso de cada una de las aficiones según van nombrando a las murgas. Solo así consigue que al término el recinto, a una sola voz, grite "¡esto sí que es un pedazo de murga". De existir, hubieran ganado el premio al Público.

El segundo, "Miércoles, hija del Fune". Como estamos en año de aniversario, igual un homenaje a la Posesa de Triquis de hace diez años. Anoche, Triquikonas despertaron carcajadas, y es que dicen mucho más con su coreografía y sus movimientos que con sus letras. ¿De qué va el tema? Están poseídas por el espíritu de Miércoles, de la Familia Adams, y enlazan cantidad de anécdotas o elevan al grado de canción frases y gestos que recuerdan a la quinceañera, y lo multiplican por 10. La intensidad estuvo mejor durante el tema que al final, que lo unieron con la despedida y... casi tuvieron que avisar que se había acabado. Este segundo tema, delicioso para los amantes del humor. Provocaron auténticas carcajadas.

3.- Burlonas (2000). De la locura divertida de Triquikonas, al polo antagónico: la crítica y las letras bien armadas que personifican las chicas de Adela Peña.

No se complicaron la vida y entraron directamente con pasacalles. A partir de ahí, desgranan el repertorio. Primero, "El musical", que se tornó en canción de cantautor. Arrollador inicio, como si de un gran musical se tratara. Después un corpóreo similar al Santa Cruz corazón de Tenerife que está en la plaza de España para la promoción de la ciudad. Muy americano el inicio. Denuncian el negocio del diseñador del logo, ironizan sobre las ansias de Bemúdez por competir con Nueva York y lo mejor, las referencias, por actualidad, a los kiocos de Las Teresitas. Pero ahí ya el tema había bajado enteros en espectacularidad en la puesta en escena, no así en su letra, que fue el mejor momento.

Su segundo, "La bolsa", un tema con una exquisita selección musical, como la adaptación de Juan Luis Guerra. Combinan la terminología de la jerga del mundo de la bolsa, en busca de cotizar al alza. "Bermúdez cotiza a la baja". Algunos golpes ya parecen agotados por su reiteración. Pero sonaron muy bien. Ellas sí que son una "inversión a plaza fijo". Mantuvieron el tipo, sin tener en los temas de la final el ingenio de los números que interpretaron en fase.

La final iba de menos a más, aunque sin despuntar aún, salvo por la "Posesa" de Triquikonas.

4.- Mamelucos (1981). Con la murga de Xerach Casanova más de uno imaginó que llegaba la pelea por los premios en la recta final de la fiesta del pasacalle, que este año dio un paso más para convertirse en una clase de zumba.

Mamelucos ejecutó una exquista presentación, con un potente pasacalle, de esos que enamoran. Ganaron fuerza y presencia sobre las tablas. Su primer tema en concurso, "Burrocracia", del equipo de letristas que lidera Airam Bazzocchi, lamentó el tiempo de espera por conseguir una silla de ruedas... El mejor momento, cuando juegan de forma cacofónica con "pico y pala" para reprochar que se parasen las obras en el rescate del edificio derribado en Los Cristianos. Hacen una recogida de firmas y se tiran en buscan del aplauso del público, mezclándose incluso con unas supuestas 30.000 firmas para un museo del Carnaval en vez de un cuarto de aperos o un monumento para quien más que un murguero es Carnaval.

Siguen en su segundo, "La grada", y acaban por convertirse, al menos hasta ese momento, en los reyes de la grada. Sobre el escenario simulan que es la grada donde se sienta el público y a partir de ahí alimentan el opio del pueblo, criticando que los políticos solo vienen a la gala de la reina o a la final de murgas, de resto solo está Gladis de León. Original referencia a la Joven Orquesta de Canarias, para dar un giro y lanzarse a la desesperada en busca del público y "subirlo" con ellos a la grada en forma de secundar los cánticos propios deportivos. Cambiaron las tornas, ellos animaron al público, que se volvió murga con los cánticos archiconocidos. Mamelucos 2017 es más comercial y sabe cómo ser el opio del pueblo.

5.- Diablos Locos (1971). Recogió el testigo de Mamelucos, con un recinto ferial entregado. Pero Diablos fueron trónicos, muy grandes, únicos, en su presetnación y pasacalles. Temblaron las gradas y hasta el monumento de la plaza de España con un recinto entregado.

Luego vino su repertorio. El primer tema, "Mandamientos murgeros", un examen de conciencia que hacen al espíritu y la evolución murguera en estos cien años de historia. Lamentan la pérdida de la trompeta como seña de identidad; el segundo mandamiento, el ombliguismo; tercero, el postureo; cuarto, la chaqueta y los chaqueteros; quinto, nombrar al canarión en al menos una canción, y sexto, la humildad. Y sentencian: "Nosotros éramos la murga del cortado y mira ahora dónde hemos llegado". Al referirse al mandamiento de la hermandad, ponen de ejemplo la que caracteriza la relación entre Masi y Primi, y eso después de enviar un recado al director de Bambones, al cantar al que se pone la gorra porque no tiene pelo. Una declaración de intenciones más propias para una reunión de murgas.

Y para seguir, "La murga que mece la murga". Sin la parafernalia de sus temas locos, recurrieron a una mano para ir sacando punta a cada dedo, con especial humor al control médico del urólogo. La atención se centró más en los cinco "dedos" que formaban una mano, sin palma, colocada delante de la murga. Así, iban haciendo formas con los dedos. El mejor momento de la canción, cuando hablan de la mano solidaria, o reprochan a la mano cobarde o la que empuña el arma. Lo mejor, su deseo: Carnaval hasta que amanezca, buscando la complicidad con el público, que hizo batir las palmas.

Unos desdibujados Diablos con un primer tema de consumo interno entre murgueros y el segundo, que, salvo que el jurado le echara una "mano", no parecía haber logrado la uve de victoria. Anoche, en su tiempo de concurso, no subieron la magia de su locura, que dejaron en el local.

6.- Bambones (1982). Los de El Cardonal tomaron el testigo a los trónicos y en su mano a mano echaron un pulso. Al final, tampoco hubo tanta diferencia en cuanto a aspiraciones a premios.

Los de El Cardonal fueron apoteósicos y brillantes en su presentación, y más aún si cabe en su pasacalles, el otro himno, oficioso, de los amantes del género murguero.

Dirigidos por Primi Rodríguez, interpretaron "Prohibiciones", una canción en la que incluyen un repaso por diferentes asuntos que no se permiten, como jugar con una pelota en la plaza. Entre los momentos de más intensidad en la crítica, cuando se refieren a que debería estar prohibido que las murgas de Tenerife compren letras a letristas de Las Palmas. Otro de los momentos de mayor intenidad, cuando el tema gira y se centra en las prohibiciones que ha impuesto la organización y que han puesto en jaque las parodias. A partir de ahí ironizan sobre las prohibiciones que imponen a los grupos sobre las dimensiones o hasta el proyecto técnico que se pide para sacar un disfraz. La letra, bien armada y original, de la factoría bambona, pero no terminaba de explotar la actuación de los de El Cardonal.

Todo parecía que iba a llegar en el segundo tema, "El centenariazo". Primi Rodríguez lamentó que el ayuntamiento prepare deprisa y corriendo un acto como el de la misma final de ayer, para comenmorar los cien años de historia de las murgas en el Carnaval de Tenerife. A partir de ahí, defendieron el tema como si fuera el desembarco de la chirigota de El Laya, que después se tornó en los tatatatatatataranietos de la murga de El Laya, de Las Palmas. A la par que el tema iba decayendo, pareció que cantaron que las murgas era la modalidad "más vieja dentro del Carnaval"... Demasiado ambicioso estando las rondallas por medio.

En el "Centenario" no se olvidaron de Gladis de León y sorprendieron con una nueva "retahíla" bambona, versión rap. Ni placa y discursos rechazaron. Ayer dejaron claro que hace 100 años no existían Bambones. Peor aún, Los de El Cardonal zarparon ayer al recinto ferial y dejaron sus voces fondeadas en el local, porque en el segundo tema no pararon de hacer aguas.

Hasta ese momento la sensación es que Triquikonas, con su segundo tema; Mamelucos, con la actuación más completa, o unos Bambones, correctos aunque desconcertantes, podrían optar a los premios. Pero la quiniela seguía abierta y con las espadas en alto. ¿Es el año de Zeta-Zetas? No había actuado aún. Y cerraban.

7.- Zeta-Zetas (2003).La actuación de los chicos de Javier Lemus era muy esperada. Se respiraba en el ambiente que podían hacer algo grande. Se plantaron en el escenario con una buena presentación, con el solista de rondallas Besay Pérez ejecutando una intervención billante. Esta vez no hubo el escalón de la fase.

Su primer tema de final, "Las mascotas", no tuvo el efecto rompedor que se esperaba. Ni tenían contraste las mascotas sobre su vestuario, ni excesivo sentido su letra. Otra vez la participación de Brito ha sido providencial y mágica; anoche no tuvo su momento.

La canción de las mascotas era similar a Carlitos Diors de Chinchosos, el "hermano mayor" de los machando que se han sucedido. El último, el Rufino de Trabas. Mascotas fue una crítica en defensa de los animales; por momento interactuaba el machango con el murguero, que parecían hablar.

Al final, el tema se cierra con una alabanza a las protectoras de animales, que zanjaba una primera y desconcertante actuación de Zeta-Zetas. Se esperaba mucho más, pero las mascotas se quedaron a la final.

Sin embargo, Zeta Zetas despejó cualquier incógnita en su segundo tema. No es una de esas letras para cantar en las escaleras del García Sanabria o en Cortefiel, pero es un tema que resulta apoteósico, arrollador, lo más sorprendente en murgas que ha tenido lugar en los últimos años: la murga innovadora y 3D inventa el género "telemurga".

El tema, consiste en teletransportarse. El soporte audiovisual actúa como un componente más. El director, Javi Lemus, se teletransporta y salta a la pantalla en proyección, y llega al local de ensayo, luego al Estadio y más tarde a la plaza de España. Siguiendo ese modelo, sigue la senda toda la murga, que sale también del escenario y entra en la pantalla para cantar a la ULL o a la plaza de toros. Y cuando el público lo tiene en la mano, y no precisamente la de Diablos, hace el más difícil todavía. introduce mejor letra y carga contra CC, que no cuida la rondalla.

Al final, oro. Zeta Zetas parecía haberse bajado con el cartón bajo el brazo.