El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, viaja hoy a Europa para una visita oficial a Francia y Alemania, donde buscará reforzar los vínculos comerciales y políticos con la Unión Europea (UE).

Trudeau viaja a Europa pocas horas después de que el Parlamento Europeo (PE) aprobase con facilidad el tratado de libre comercio entre la UE y Canadá conocido como CETA, un acuerdo que ha sido negociado desde 2009.

El viaje de Trudeau a Europa también se produce pocos días después de que el primer ministro canadiense, que tiene previsto dirigirse mañana al pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, mantuviese en Washington su primera reunión cara a cara con el presidente estadounidense, Donald Trump.

El resultado de la reunión de Trudeau con Trump, que concluyó con la declaración del mandatario estadounidense de que no prevé grandes cambios en la relación política y comercial con Canadá, ha sido recibido con alivio en Ottawa, que ahora puede concentrarse en Europa.

Altos funcionarios canadienses han indicado que Trudeau aprovechará su presencia en el Parlamento Europeo, la primera vez que un primer ministro canadiense se dirige a la Eurocámara, para defender tratados comerciales como CETA y oponerse a las corrientes proteccionistas.

Los portavoces de Trudeau dijeron que Trudeau se referirá a CETA como "uno de los acuerdos más progresistas del mundo", que puede servir de modelo para futuros tratados comerciales y de inversiones para otros países.

Trudeau también tiene previsto recalcar que las empresas tienen la obligación tanto de defender las bondades del CETA como escuchar a aquellos sectores de la población que sienten que los tratados de libre comercio son una amenaza para su bienestar económico.

Según Trudeau, las corrientes proteccionistas no sólo son un problema de los políticos sino también de las empresas que se benefician del libre comercio.

Analistas canadienses han señalado que, aunque las relaciones comerciales de Estados Unidos y Canadá generan unos 1.900 millones de dólares al día, el crecimiento del comercio bilateral entre los dos países es mínimo y su integración económica ha alcanzado su punto álgido.

El crecimiento comercial de Canadá ahora tiene que proceder de otras regiones, con acuerdos como CETA.

Sin embargo, el Consejo de los Canadienses, una influyente organización no gubernamental opuesta al CETA, criticó hoy la aprobación por parte de la Eurocámara del acuerdo, y advirtió que el tratado se enfrenta a una gran oposición.

"La oposición europa a CETA es fuerte y 38 parlamentos nacionales y regionales todavía tienen que ratificar el acuerdo", declaró la presidenta de la organización, Maude Barlow, en un comunicado.

"Referendos, desafíos legales, elecciones y otros obstáculos todavía son un obstáculo para su implementación. Europeos y canadienses tienen razones para estar preocupados sobre cómo el acuerdo afectará sus economías y democracias locales y el agravamiento de la desigualdad", añadió Barlow.

Tras su paso por Estrasburgo, Trudeau, que viaja acompañado de su ministro de Comercio Internacional, François-Philippe Champagne, continuará viaje a Alemania.

En Berlín, Trudeau se reunirá con la canciller alemana, Angela Merkel, para discutir "prioridades clave en política exterior y comercio".

La reunión con Merkel servirá de contrapunto a la que Trudeau mantuvo el lunes con Trump, en la que el primer ministro canadiense evitó el conflictivo tema de los refugiados y la inmigración.

Trudeau también tiene programado entrevistarse el viernes en Hamburgo con líderes empresariales europeos, a quienes les repetirá su filosofía de que Canadá está abierta al comercio internacional y las inversiones extranjeras, así como la necesidad de calmar la ansiedad de las clases medias sobre el impacto del libre comercio.