Lo del saludo expreso de Mariano Rajoy a la sonriente Ana Oramas, invitada al congreso del PP, ha despertado todo tipo de interpretaciones. Porque Rajoy habla poco, pero cuando lo hace no da puntada sin alcalde (que como todo el mundo sabe es el vecino que quiere que sean los vecinos el alcalde). La más extendida es que fue un mensaje encriptado de la futura alianza entre populares y nacionalistas en este lejano rincón de la Macarronesia.

Ahora resulta que viene de visita el presidente del PNV, Andoni Ortúzar, para departir amablemente con el presidente Clavijo. Y como casualmente los votos de los nacionalistas vascos y el de los canarios -Oramas- son la clave para aprobar los Presupuestos Generales del Estado, se pone la gente a sumar dos y dos y les salen una purriada de millones. Ahí es nada que nos caiga esa breva.

De todas formas, las especulaciones en la política española no valen un pimiento, porque esto cambia de la noche a la mañana. Se dice que el PNV se va a poner a la estela de la estelada, o sea, a rebufo de los independentistas catalanes, que están actuando de ariete para demoler la fortaleza del Estado español. Y si fuera así, los vascos no estarían por apoyar los presupuestos ni por todo el oro del mundo. Pero todo el oro del mundo es mucho y en Ajuria Enea cuando se trata de ordeñar inversiones para el País Vasco ponen bastante a un lado los extremismos.

La Unión Europea se está descosiendo a marchas forzadas. El "brexit" británico puede ser el primero de los grandes acontecimientos que pueden devenir en el naufragio de la UE. Francia está peligrosamente cerca de ver el triunfo de populismos antieuropeos que están creciendo como las malas yerbas por algunos países. Las incertidumbres económicas para este año se están poniendo por las nubes y numerosos observatorios están avisando de un recorte extremo en las previsiones de crecimiento. El aumento del precio del petróleo, los efectos de las nefastas políticas norteamericanas de la nueva administración, las consecuencias de la salida de los británicos del área de libre comercio de la UE... Todos estos son factores de inestabilidad exterior que preocupan a nuestros dirigentes.

Y si a eso se le suma, a nivel interno, el problema de la secesión catalana, el horizonte de este ejercicio se vuelve extremadamente complicado. Tanto que el Gobierno de Rajoy estaría dispuesto a comprar tranquilidad y estabilidad al precio que fuera. Porque o se asegura una mayoría suficiente o lo suyo va a ser un sinvivir. No hay más que ver cómo Ciudadanos ha dejado al Ministerio de Fomento con el culo al aire en el proyectado Real Decreto que reformaría la estiba y desestiba en España.

Para Rajoy es esencial contar con un marco de estabilidad que impida que le gobiernen desde la oposición. De momento aguanta, pero no será mucho más. Que te gobiernen desde enfrente es una jodienda. De ahí los saludos cariñosos. Y las entrevistas de quienes tienen la llave de casi todo.