La pintora Isabel Guerra, que ha realizado un retrato del Papa Francisco por encargo de la Conferencia Episcopal Española, ha explicado que en sus entrevistas con el Santo Padre para poder realizar la obra éste le transmitió "sencillez, esperanza y alegría", pero también "mucho dolor por un mundo que tiene tantas carencias".

Guerra, que también es monja en el Monasterio Cisterciense de Santa Lucía de Zaragoza, ha explicado en declaraciones a los medios que el Papa vive "intensamente" todos esos problemas y ha considerado un "privilegio" haber podido ver al pontífice "introducido en el corazón de los hombres".

La religiosa ha pronunciado la conferencia ''El arte y la fe'' en el Patio de la Infanta de Ibercaja de Zaragoza, dentro del ciclo organizado por este banco y su Obra Social para celebrar su 140 aniversario.

Según ha relatado la artista, Francisco tiene una reproducción de su obra "y se rió mucho cuando quienes se lo entregaron le dijeron que estaba muy guapo". Sin embargo, Guerra ha apuntado que el Papa no está pensando en galerías de retratos, "gracias a Dios".

Ha añadido que lo único que le pidió el Santo Padre fue no estar posando durante horas, y ha asegurado que ha realizado esta pieza "con mucho cariño y mucha ilusión". Ha insistido también en que ha sido un momento importante para ella, "no tanto porque sea el Papa, sino por esa figura excepcional que es para el momento actual y lo que la Iglesia necesita".

MONJA Y PINTORA

Isabel Guerra ha asegurado que en su vida "están completamente fusionadas" su vocación de consagrar su vida a Dios y dedicarse en cuerpo y alma a la pintura, y ha recordado que fue el día en que cumplió 12 años cuando experimentó estas dos llamadas, que "en realidad" constituyen una "única forma de servirle".

Aun así, ha asegurado que no le gusta que se la conozca como la monja pintora, ya que, aunque aprecia que "se dice con cariño", "no tiene mucho sentido" y "suena raro" porque "es como si dijeran el casado pintor".

Ha reconocido que quizá el suyo sea un caso "un poco atípico", pero ha enfatizado que "dentro de la vida religiosa hay grandes profesionales en muchos campos, con catedráticos de diferentes especialidades, físicos y filósofos". Ha apostillado que "fijarse en un profesional por lo que es en su vida privada no tiene demasiado sentido y profundidad" y supone que "la gente se queda en la cáscara".

La artista ha recalcado que lo importante de la pintura es el mensaje que transmite y, si habla de Dios, "lo mismo da" que lo haya pintado una monja que otra persona "que hace un arte en el que podemos ver una religación con el creador".

Según ha sostenido, esto ocurre en obras que "no son necesariamente de asunto religioso", sino "que hablan de los valores del espíritu, del absoluto" y ha argumentado que "religiosidad no es lo mismo que espiritualidad" y "se puede tener mucha religiosidad y muy poco espíritu".

DESCUBRIR COSAS NUEVAS

"El corazón hay que mantenerlo siempre joven y el mío es casi adolescente, me encanta descubrir cosas, seguir trabajando, investigando y encontrar caminos nuevos, siempre que lleven a hacer un arte de calidad", ha destacado Guerra.

Ha recordado que desde hace diez años trabaja en la pintura digital, "que aquí es poco conocida, pero lo será y mucho en cuanto volvamos a tener algo de vida artística en Madrid o Zaragoza", cuya ausencia ha achacado a que "han desaparecido las galerías de arte".

Guerra ha precisado que la pintura que se hace a través de herramientas digitales le resulta "muy enriquecedora y creativa" y permite tender más a "la abstracción y al informalismo". Mientras que cuando utiliza técnicas más tradicionales practica una "pintura naturalista", con el mismo concepto del arte que los realistas, ha explicado.

Ha agregado que en sus obras predomina la vida cotidiana y el mensaje "de que es posible vivir en este mundo de la mano de Dios". "Lo único que necesitamos es pararnos a pensar cómo he podido hacer esto, quién me acompaña" porque "alguien nos está guiando" y "la mejor manera de encontrarlo es cerrar los ojos y mirar hacia adentro", ha insistido la artista.

Por otra parte, ha reconocido que se encuentra en un "momento atípico" en su carrera profesional ya que ha tenido que realizar encargos, que ya ha concluido, para algunas iglesias que le han "insistido mucho" en que aceptara. Ahora trabaja en retratos encargados por coleccionistas particulares: "Muy seleccionados porque no me da tiempo y no es lo que más me interesa puesto que me encanta pintar con libertad lo que yo siento y quiero, pero las circunstancias mandan".

También ha anunciado que va a comenzar a preparar una exposición que tendrá lugar en otoño en Pozuelo de Alarcón (Madrid) por petición del Ayuntamiento de ese municipio, con obras de nueva creación, aunque haya alguna pequeña sala con algún trabajo anterior.