Hacía meses que los investigadores del Grupo de Medio Ambiente de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Violenta (Ucdev) de la Policía Nacional en Madrid seguía los movimientos a la organización que promovía peleas ilegales de perros en Tenerife. Los investigadores de la Comisaría General de Policía Judicial sabían que el presunto líder del grupo en Canarias era E.P.C., de 34 años y vecino del barrio santacrucero de Añaza.

La actividad de este acusado siempre era supervisada por el "padrino" de las peleas de perros a nivel nacional, Ángel O.R., de 52 años y residente en Madrid, según los informes de los agentes que llevaron el caso.

El líder del grupo canario aseguraba tener un gran conocimiento sobre la cría y adiestramiento de perros por el tiempo que lleva dedicándose a las peleas ilegales de canes.

Como cabecilla de zona de este tipo de actividades, E.P.C. acudía a todos los eventos y servía de enlace entre los miembros de la organización en Canarias y los de la Península. Respecto a dicho vecino de la capital tinerfeña, promovía peleas en el Archipiélago y en la finca de Ángel O.R. en Madrid, a las que acudía con sus perros. Además, cuidaba de los canes de otros miembros del grupo en la Isla.

Los policías interceptaron una llamada entre E.P.C. y F.C.G. en la que el primero explicaba al segundo que aquellos perros que no servían para las peleas se usaban de "sparring". Respecto a estos últimos animales, E.P.C. presuntamente utilizaba un bisturí para retirarles el "chip" una vez que morían, para tirarlos en algún lugar y que no fueran identificados. Desde finales de diciembre pasado, los agentes sabían que E.P.C. iba a organizar una pelea el pasado sábado, 18 de febrero. En base a los datos de la investigación que trascendieron ayer, en el denominado Grupo de Canarias existía "un gran secretismo" a la hora de seleccionar el lugar para la citada pelea, que finalmente se desarrolló en una casa rural de La Medida-Pájara (Güímar). Las pesquisas de los policías determinan que los presuntos encargados de elegir el espacio para el evento fueron el propio E.P.C., un tío de este y F.C.G., que es policía local en Adeje.

E.P.C. fue el encargado de alquilar la finca, a donde se desplazó varias veces para acondicionar el enclave, colocar el cuadrilátero de madera para las peleas, la instalación de banderas, así como la compra de bebida y comida.

A los perros que participaban en las peleas se les suministran fármacos y sustancias dopantes, como Winstrol, Denametasona, Boldenona, Testosterona o EPO.

Tales productos permitían a dichos canes recuperarse mejor o aumentar su tamaño muscular.

Sin embargo, ese consumo resulta muy perjudicial para los animales.