La falta de un tipo de sangre y, como consecuencia de ello, la reprogramación de algunas operaciones, debe ser analizada con prudencia, pues durante esta semana se han podido escuchar algunas afirmaciones de lo más disparatadas. Que en el Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH) carezcan en un momento puntual del tipo 0+ no se le puede achacar, sin más, al responsable de ese departamento, pues sería totalmente injusto. Teniendo en cuenta que la sangre no se fabrica, sino que proviene de las donaciones que hacen los ciudadanos, al presidente del ICHH se le podrá atribuir que tiene pocas dotes de persuasión o incluso de imaginación para animar a los canarios a ceder parte de su sangre, pero poco más. Situaciones como las ocurridas estos días han de servir para realizar un examen individual de la solidaridad de cada uno, pues es ahí donde está el problema. Y llegados a ese punto siempre es importante tener en cuenta que es un asunto que atañe a todos, pues en cualquier momento puede precisarse de una transfusión. En el ICHH lo que tienen que hacer, además de estimular a la población -a través, por ejemplo, de buenas campañas-, para que se acerque a donar, es facilitar que este acto de generosidad se lleve a cabo sin muchas complicaciones. Muchas veces no es ya una cuestión de ser más o menos desprendidos, sino de tener o no tiempo para acercarse al lugar en el que se lleva a cabo la extracción y esperar. Si como recordaba hace años el Gobierno, "Hacienda somos todos", en este caso se podría decir que el citado Instituto es de todos.

Otro asunto que ha concitado la atención ciudadana en los últimos siete días es la operación llevada a cabo por agentes especiales del Cuerpo Nacional de Policía, en el Sur de Tenerife, contra las peleas de perros. De la información que trascendió, según fueron pasando las jornadas, se pueden extraer diversas conclusiones, aunque quizás la más importante es la necesidad de aumentar las penas a aquellas personas que maltratan a los animales y mucho más en casos como los descubiertos en la Isla, pues este comportamiento sustentaba todo un negocio. Los hechos descritos por las investigaciones policiales muestran el grado de crueldad al que pueden llegar determinados individuos contaminados por el dinero, y eso debe estar castigado por la ley para evitar males mayores.

Hay una cuestión que no puede pasar desapercibida y es el anuncio realizado el pasado martes por el presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, en el Parlamento, sobre las listas de espera. El jefe del Ejecutivo adelantó que, según una auditoria realizada por la Consejería de Sanidad sobre esta materia, la situación es peor de lo que hasta ahora se conocía. Aunque ha habido voces cuestionando que Clavijo exponga ahora cifras que hasta ahora su gabinete había ocultado, para los canarios lo realmente importante es que se pongan sobre la mesa los datos exactos y, a partir de ahí, tomar las medidas precisas que permitan reducir las citadas listas. Ya habrá oportunidad de criticar la política del Gobierno si no logra un objetivo en el que deben implicarse todos.