Va de frente y le cuesta ser cauto. Es más sincero que sosegado y conoce como pocos el pulso, el latir, del turismo en La Palma. Preside las asociaciones más fuertes del sector (Asdetur y el CIT Tedote) y reconoce que La Palma se está aprovechando de la inestabilidad de otros mercados.

Antes faltaban vuelos y ahora no tenemos camas. ¿Se ofrece la imagen de un destino poco sólido?

Nunca hemos sido un destino sólido. Siempre ha faltado variedad de camas, aunque no se llenasen.

¿Llegan más turistas porque se trabaja mejor que nunca o por la inestabilidad de otros destinos?

Una mezcla de las dos cosas. En los últimos dos o tres años se ha trabajado bien, pero una gran parte de los turistas que recibimos, que se refleja en los llenos que estamos teniendo, es por las circunstancias internacionales. En Canarias tampoco hay camas libres, pero nosotros lo notamos más porque venimos de ocupaciones de apenas el 50%.

¿Se sabe o se puede fidelizar clientes?

Se intenta con lo que se tiene, pero es complicado. Carecemos hasta de lo más básico, que son unas carreteras en condiciones. Aquí llevamos años y años con las vías principales en obras y no se terminan. Ya no entramos en la falta de ocio que sufrimos... Pero sí, se intenta fidelizar al cliente con lo que disponemos.

¿Tienen problemas para encontrar personal cualificado?

Claro, por eso llevamos siete años con campañas intentando concienciar a la población de que se forme y pueda aprovecharse y beneficiarse del turismo.

¿Formarse para luego cobrar sueldos bajos?

Al buen profesional siempre se le paga bien, aunque cada casa va como va.

Pero están teniendo más negocio que nunca y no se ve reflejado en los sueldos.

Los márgenes no son los mejores del mundo y hay que tener en cuenta los años de pérdidas de los que venimos. Estar ahora llenos no significa que sobre el dinero. Hay que mirarlo con perspectiva y saber de dónde venimos. Se vienen arrastrando muchos agujeros. Hay que mirar también un poco para detrás. Además, somos el destino más barato de toda Canarias.

¿La Palma no es atractiva para construir camas?

Nos faltan camas porque no se pueden construir hoteles desde hace quince años. Ha sido un problema de planificación. Si ahora mismo en La Palma no hay un hotel más es debido a que la legislación no lo ha permitido y no por falta de inversores. La persona que se va a gastar millones de euros en un hotel no puede estar preocupado por si le pueden parar las obras. Con esa duda, ¿quién puede invertir? Nadie. Encuentran más seguridad en otros lugares y se acaban marchando.

La Fuente Santa, ¿para cuándo?

No se quiere hablar, unir proyectos y ver cómo se aprovecha ese gran recurso lo antes posible. Hay una posición cerrada por parte de la clase política. Dicen que en 4 o 5 años estará el balneario, que siendo en La Palma pueden ser 9 o 10.

¿Cómo es la relación turismo-patronal?

Bueno, bien. Hay menos comunicación que antes, pero en líneas generales diría que bien. Los empresarios estamos a lo que estamos, que es trabajar. Con la desaparición del Patronato no somos parte de las decisiones.

Los resultados le dan la razón a la clase política.

Si la clase política piensa que los resultados de este invierno es por sacarnos a nosotros del medio, se equivoca completamente. Los resultados vienen por una coyuntura internacional que hace que en La Palma se llenaran todas las camas que quedaban. Le repito que en los 2 o 3 últimos años se han hecho las cosas como se debían, pero la situación de otros destinos es la que es. No digo que la acción política esté mal sino que el lleno no es responsabilidad ni de ellos ni de nosotros.