Sin entrar en ninguna descalificación pública de sus adversarios, Asier Antona seguirá siendo presidente de los populares en Canarias. Y lo será de ese mismo PP que amaba ayer Cristina Tavío y el ínclito Quique Hernández Bento, una pareja bien avenida que se queda en la cuneta. En una campaña que se volvió hasta desagradable, el palmero se quita de encima el fantasma de su predecesor Soria y demuestra que es mucho más que un presidente de transición. Y lo hace ante los suyos y el resto del orbe político. La trayectoria de Asier ha sido la del trabajo callado para triunfar, sin grandes aspavientos, sin campañas de imagen a modo de mesías. Salvando las distancias, es algo parecido a José Manuel Bermúdez, ¿serán recordados por algo en concreto? No lo sé, pero de momento por ejercer el poder sosegadamente y mantenerlo.

Hernández Bento no tendrá cabida en el círculo de Asier toda vez que lo ha puesto a caer de un burro, acusándolo de mil trapisondas surrealistas e indemostrables. Para ser un niño bien, Quique no ha demostrado clase alguna al referirse a su presidente y a su partido. Tavío cierra otra etapa. Hoy fuera de la ejecutiva nacional de su partido y sustituida por el actual presidente de Tenerife, Manuel Domínguez, quedará relegada de sus cargos orgánicos en breve. Su manera de encarar la campaña hace imposible que Antona pueda contar con ella. Todo está despejado ya para que el PP empiece a asumir en breve tareas en el Gobierno. Y es que hoy ya nadie duda de que Antona es el hombre.

@JC_Alberto