El director ejecutivo de Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex), Fabrice Leggeri, cree que España es un ejemplo en materia migratoria para este organismo y para los países de la Unión Europea, y rechaza rotundamente que alguien pueda comparar el muro de Trump con la valla de Melilla. "Son cosas completamente diferentes, no solo por la longitud, sino también por el contexto de las relaciones y el número de comunidades que viven a un lado y al otro de la frontera", subraya Leggeri en una entrevista con Efe.

En este sentido, añade que "cada lugar es único", por lo que el muro que quiere construir el presidente norteamericano, Donald Trump, a lo largo de la frontera con México no tiene nada que ver con la valla fronteriza de la ciudad autónoma.

Como tampoco se pueden hacer parangones entre ninguno de los dos y la Gran Muralla china, pues el gigantesco muro fronterizo asiático "es un trozo de historia y no se debe comparar la situación", ejemplifica. De lo que también está seguro Leggeri es de que las políticas fronterizas españolas están completamente "en la línea" de las europeas, también los procedimientos referidos al retorno de inmigrantes.

Así, sobre las constantes denuncias de devoluciones en caliente, contesta que Frontex no dispone de documentos al respecto y que, en todo caso, "los colegas españoles conocen muy bien la ley y simplemente refuerzan las normas donde tienen que reforzarlas". "Si los inmigrantes irregulares no están en situación de necesitar protección o de requerir el estatus de refugiado, si no hay razones legales para concederles la residencia, deben ser retornados, de acuerdo con la directiva europea 2008/115", explica Leggeri para insistir en que los procedimientos españoles se ajustan por completo a la normativa europea.

Es más, tanto la agencia como los estados miembros de la UE deben "aprender mucho del ejemplo español", que ha conseguido que la cifra de entradas de inmigrantes irregulares se mantenga muy bajo. Y ello pese a que el pasado año se registró un incremento del 46% respecto a 2015 del número de llegadas por la ruta del Mediterráneo occidental hasta alcanzar los 10.200 inmigrantes, procedentes en su mayoría de Nigeria, Eritrea y Guinea. Sin embargo, mirando estas cifras en términos absolutos, se puede afirmar que "las cosas están bajo control" en las fronteras españolas, puesto que solo recibieron entre un 2% y un 3% de las llegadas de irregulares a territorio comunitario.