El exdictador panameño Manuel Antonio Noriega, de 83 años, se encuentra estable dentro de la gravedad y no ha presentado nuevos sangrados tras haber sido sometido a dos operaciones cerebrales, dijeron hoy fuentes cercanas al antiguo militar.

"La situación de salud se mantiene crítica. Va a estar en sedación profunda hasta que los médicos consideren que es el momento de despertarlo", indicó su abogado, Ezra Ángel.

El exgeneral fue operado el pasado martes de un tumor cerebral benigno y, tras sufrir un sangrado, tuvo que volver a ser intervenido ese mismo día.

Desde entonces, se encuentra sedado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Santo Tomás de la capital panameña, adonde se han desplazado sus tres hijas y decenas de medios de comunicación.

"No hay nuevos sangrados y los médicos irán evaluando diariamente su situación", añadió el letrado.

Ángel, que se encarga de mantener informados a los medios, señaló que la familia del exmilitar, que gobernó de facto Panamá desde 1983 hasta 1989, cuando fue derrocado por una cruenta invasión estadounidense, "esta afectada y muy preocupada".

El exdictador, quien fue hospitalizado el lunes y sufre además dolencias propias de su edad que se han agravado debido al tumor, estuvo preso en la cárcel El Renacer desde que llegó a Panamá en 2011 hasta el 28 de enero, cuando se le concedió el arresto domiciliario temporal por recomendación médica, al considerar que la prisión no era un lugar apto para el pre y el postoperatorio.

Noriega fue extraditado a Panamá el 11 de diciembre de 2011, tras cumplir más de veinte años de cárcel en Estados Unidos y Francia por narcotráfico y blanqueo.

En Panamá, cumple tres condenas que suman más de 60 años por la desaparición y el homicidio del guerrillero izquierdista Hugo Spadafora, por la muerte del militar opositor Moisés Giroldi y por la denominada Masacre de Albrook, en 1989.