El secretario general de la ONU, António Guterres, propuso hoy una serie de medidas contra los abusos sexuales cometidos por "cascos azules", entre ellas detener los pagos a los países que no investiguen adecuadamente las acusaciones contra sus tropas.

En un extenso informe, Guterres plantea un "nuevo enfoque" dirigido a acabar con este problema y a responder a los centenares de denuncias que se han presentado durante los últimos años contra fuerzas de paz de la organización.

La estrategia se estructura en cuatro grandes ejes: poner los derechos y la dignidad de las víctimas por delante, acabar con la impunidad, aprender de los afectados y de las comunidades locales y aumentar la conciencia sobre el problema.

Entre las medidas específicas, destacan ideas como la de bloquear pagos a Estados miembros que no investiguen correctamente y en los plazos establecidos los supuestos crímenes.

Ese dinero, junto al obtenido al detener los pagos a los responsables individuales de los delitos, iría a parar a un fondo para las víctimas.

Guterres plantea también a los países el establecimiento de un protocolo para prevenir los abusos, que por ejemplo podría prohibir el consumo de alcohol a las tropas o exigir que los soldados certifiquen por escrito que entienden las normas en materia de explotación sexual.

También propone numerosas acciones para asegurar que las víctimas reciben el apoyo necesario y que sus voces sean escuchadas, como el nombramiento de un defensor de las víctimas.

Algunas de las medidas podrán ser puestas en marcha directamente por el secretario general, mientras que otras tendrán que ser discutidas con la Asamblea General, donde están representados todos los Estados miembros.

"Nuestra organización sigue enfrentándose al flagelo de la explotación y los abusos sexuales pese a los grandes esfuerzos realizados durante mucho años para hacer frente al problema. Necesitamos un nuevo enfoque", defendió Guterres en un mensaje en vídeo.

El diplomático portugués dejó claro que la ONU no puede tolerar que nadie cometa o excuse este tipo de crímenes y menos aún que los cubran "con la bandera de las Naciones Unidas".

"Todas las víctimas merecen justicia y deben contar con nuestro pleno apoyo. Cumplamos juntos esa promesa", insistió.

Según el informe, el pasado año la organización recibió 145 denuncias de explotación y abusos sexuales supuestamente cometidos por personal civil y militar, con un mínimo de 311 víctimas conocidas, muchas menores de edad.

El número supone un claro aumento con respecto al año anterior, algo que según la ONU se debe en buena medida a sus esfuerzos para alentar a las víctimas a denunciar.

De las 145 denuncias en 2016, 103 corresponden a misiones de paz y, de ellas, la mitad tuvieron lugar en la República Centroafricana, donde los repetidos casos de abusos conocidos en los últimos años llevaron a Naciones Unidas a dar la señal de alarma.

Buena parte de las denuncias recibidas en 2016 en el país africano corresponden a años anteriores, según indicaron hoy fuentes de la ONU.

Hace un año, el Consejo de Seguridad aprobó por primera vez una resolución para tratar de responder a los abusos sexuales cometidos por "cascos azules", abogando por repatriar a unidades reincidentes o que no respondan adecuadamente a las acusaciones y por sustituir a todas las tropas de los países que no tomen las medidas apropiadas contra los delitos.