Cualquier vivienda, entendida como una estructura de paredes y techos con un equipamiento mínimo, no es un hogar. Se puede hablar de un hogar si es el lugar favorito de sus inquilinos, aquel donde pueden cubrir sus necesidades sintiéndose más cómodos y más ellos mismos que en cualquier otro lugar.

Para que una vivienda se convierta en un hogar son los propios inquilinos los que tienen que hacerlo confortable. No solo con una actitud adaptada a la buena convivencia, sino también con iniciativa para acometer cambios físicos que afecten al interior y a la estructura misma.

Contando con la decoración, con la seguridad y con la incidencia que ambos factores tienen en los habitantes de un vivienda / hogar, se pueden recopilar claves fundamentales.

Armonía

La armonía se define como la proporción y correspondencia de unas cosas con otras, formando un conjunto. De hecho, el término proviene del latín y del griego, donde significaba “juntura”, “ensamblaje”.

Cada cual aplica la teoría (o directamente pasa de ella) como mejor le parece, para convertir su hogar en un verdadero santuario. Como explica Maca Hernández de la web Organízate Ya, en un hogar “todo es justamente como te gusta”, y habla también de flujo continuo, de balances y de salud. Aconseja tener una visión clara del espacio, preguntarse por qué ventajas se quieren obtener, y considerar que se está pagando más por no invertir tiempo y energía en crear un hogar armónico que por no hacerlo.

Lo de “hogar armónico” se ha escuchado mucho en los últimos años, con el auge del Feng Shui, una disciplina china que se aplica desde tiempos ancestrales. Invita a tener estructuras de protección y de contención de la energía, y a evitar que fluya la que es negativa. Más apuesta por lo curvo y sinuoso, y menos por lo rectilíneo.

Además de formas, disposición y luz, si algo es fundamental para tener espacios armónicos es el color. La psicología del color tiene su propio campo de estudio, que trata de analizar qué efectos produce un tono determinado en la percepción humana, así como en la conducta.

Así pues, se atribuye los tonos azules invitan a la relajación, y son buena opción para los dormitorios. El rojo es el color de la pasión, del calor y del dinamismo, ideal para el comedor. El amarillo es el del optimismo y la espontaneidad, lo que lo hace útil en la cocina. Y los tonos lavanda van asociados a los estados de relax y calma, perfectos por tanto para el salón.

Además de interioristas, quienes más saben de colores en el hogar son los pintores de casas, siempre y cuando se trate, claro de pintores profesionales (de todo hay en el directorio de empresas de pintores).

Personalidad

Para la armonía hay reglas básicas, pero no así para la personalización de espacios. ¿Por qué? Porque cada inquilino es único, tendrá sus preferencias y se sentirá cómodo con unas cosas u otras. Aquí se trata, por lo tanto, de dejar de lado las reglas, aunque sea en cierta medida.

La inspiración se puede buscar a través de los catálogos o de Internet, pero no hay que dejarse llevar por lo que se ve. Lo normal es que se pinte perfecto para conseguir que te lo lleves tal cual, pero se trata de basarse en la idea para buscar algo adaptado al presupuesto.

Un consejo es buscar por estilos, de manera que se conocerán fácilmente cuáles son las líneas a seguir o incluso qué muebles y útiles son básicos en cada uno. Es buena opción para quienes no tengan mucha idea de decoración, pero sepan qué estilo les gusta más.

Pero, sin duda, lo que más personalidad otorga a un hogar es lo que uno mismo elabora. No hay nada más tierno ni más auténtico que el dibujo de un niño colocado bajo un imán en el frigorífico. Otorgamos la máxima importancia a los progresos del pequeño, y lo mismo se puede hacer con los de uno mismo. Así que manos a la obra.

La web Uma Manualidades propone un cactus de papel, que daría al hogar un toque divertido o vintage (según el papel que se escoja), no lleva más de 30 minutos y su nivel de dificultad es fácil. Un cactus de scrapbook, entre otras manualidades, es de los más económicos que se puede tener en el hogar, considerando además que decorar con algo hecho por un mismo no tiene precio.

Seguridad y mantenimiento

La cuestión de cómo luce el hogar, sin embargo, parece carecer de importancia si éste no cuenta con un mínimo de seguridad, que proteja continente, contenido y la integridad de todos los que en él habitan.

No es que vivamos en un país inseguro, pero los repuntes ocasiones en índices de robos llegan a ser sangrantes en comunidades de vecinos alejadas del casco urbano. Por ello, cada vez son más populares las instalaciones de sistemas de seguridad específicos, como las cámaras.

Más básico aún son las puertas apropiadas, robustas y con cierres infranqueables (en la medida de lo posible) que no dejen la vivienda expuesta. Y contar con un directorio de cerrajeros urgentes24 horas, en caso de contratiempo. Debe estar elaborado a conciencia, según la ciudad en la que se encuentre, y ya sea Zaragoza, Las Palmas o Santiago de Compostela.

La cuestión de la seguridad está estrechamente relacionada con la del mantenimiento. Los riesgos de accidentes aumentan si no se realizan unas acciones mínimas, desde limpiar bien la campana de la cocina para mermar el riesgo de incendios, hasta quitar el polvo para mitigar los síntomas de las alergias.

También conviene hacerse con un directorio en el caso de vivir en un edificio, lo que es tarea de toda la comunidad. Así pues, si se trata del mantenimiento de ascensores, conviene buscar los que tienen servicios de rescate 24 horas, como mantenimiento ascensores valencia.

En cuanto a otro equipamiento, sistemas como el de videoporteros automáticos también crecen día a día, gracias a su buen funcionamiento, a acabados estéticos y al extra de seguridad que aportan.