La presentación, el pasado lunes, del proyecto básico de la nueva piscina del Puerto de la Cruz, concebida ahora como el Centro Insular de Deportes Acuáticos, ha dividido a la ciudad entre creyentes en el ambicioso proyecto, encabezados por CC y PP, y no creyentes, liderados por Asamblea Ciudadana Portuense (ACP) y PSOE. El asunto de la piscina, cerrada por una avería desde diciembre de 2015, se ha convertido en una cuestión de fe.

Después de un año y tres meses cerrada, nadie quiere hablar de plazos, pero los gobiernos del Cabildo de Tenerife y del Ayuntamiento portuense insisten en que la intención de invertir siete millones de euros, de fondos insulares, en esta obra "es firme". Que se hará realidad en cuanto Costas otorgue una concesión de los terrenos al consistorio, y se adjudiquen los trabajos. La oposición, y muchos ciudadanos, no se lo creen.

Entre los vecinos hay división de opiniones. Unos creen que el proyecto se hará realidad más pronto que tarde y otros piensan que con la piscina ocurrirá como con otros tantos proyectos que nunca terminan de salir en la ciudad: el nuevo puerto y parque marítimo, la estación de guaguas, el parque San Francisco, la playa de Martiánez, la ampliación del Jardín Botánico o el antiguo hotel Taoro.

El edil de Urbanismo, Juan Carlos Marrero (CC), entiende la desconfianza ciudadana: "Es normal que les cueste creer a los políticos, pero yo veo a diario el gran trabajo y el gran esfuerzo que se está haciendo para que el proyecto sea una realidad".

El portavoz del PSOE, Marco González, no opina lo mismo y ha pedido a CC y PP que "dejen de mentir a los ciudadanos del Puerto". A su juicio, "los portuenses ya no aceptan maquetas de pseudoproyectos que no cuentan aún con el visto bueno de Costas ni con una ficha financiera".

"Tras 15 meses desde que la piscina quedó inutilizada, viene el presidente insular, Carlos Alonso (CC), a decir que es que Costas tiene que dar la concesión de los terrenos para ejecutar un proyecto que solo existe en formato PowerPoint o en una maqueta, formatos muy familiares en las políticas de CC para nuestro municipio", recalca.

Para el líder socialista, "Alonso hace el ridículo anunciando que el plazo para recibir la concesión por parte de Costas es indeterminado". Para González, "lo único indeterminado aquí es la paciencia de los portuenses ante tanta tomadura de pelo". "Como si fuera el día de la marmota, nos encontramos que pasan los meses y se siguen presentando proyectos que no tienen visos de salir adelante", lamentan.

La ACP ha exigido a Alonso (CC) y al alcalde, Lope Afonso (PP), que "dejen de torear a la ciudadanía con la piscina, que va camino de convertirse en el enésimo culebrón de proyectos que se eternizan".

David Hernández (ACP) sostiene que "los anuncios hechos por Alonso demuestran que lo que se había hablado hasta ahora sobre el proyecto eran castillos en el aire. Aún hoy sigue sin haber nada sólido, pues el proyecto básico que se ha presentado es poco más que una declaración de intenciones".

ACP considera "preocupante" que no se den nuevas fechas para la conclusión del proyecto, lo que, a su juicio, "confirma que la nueva instalación no estará lista en 2018, como habían prometido, y que tardará varios años más".

Hernández reconoce la "habilidad del alcalde y de Alonso para poner la pelota en el tejado de otros. Ambos han encontrado en Costas al chivo expiatorio de casi todos los males del municipio".

Solo el tiempo dará y quitará razones. La cuenta atrás está en marcha, en "unos años" se sabrá si tenían razón los que creían o los que no.

Sin plazo concreto

Uno de los principales argumentos de los incrédulos es la inexistencia de un cronograma o de al menos un plazo estimado. Lo más concreto que hay es la previsión de "unos años" más sin piscina, y un periodo de ejecución de la obra de entre 18 y 20 meses. Ni el Cabildo ni el ayuntamiento quieren arriesgarse a hablar de fechas porque el primer paso depende de Costas en Madrid. Y ahí los tiempos son "indeterminados", según reconoció el propio Carlos Alonso (CC) en la presentación del proyecto básico. Fuera de micrófono, fuentes vinculadas al proyecto sostienen que podría hacerse realidad en un plazo de, como mínimo, 30 meses. Dos años y medio, de los que alrededor de un año y medio correspondería a las obras. Mientras se espera por Costas, el Cabildo se ha comprometido a redactar el proyecto definitivo de construcción, para tenerlo listo para licitar en cuanto se apruebe la concesión del terreno.