Quien haya visitado en los últimos días el parque de La Vega puede haberse extrañado por una operación en la que personal municipal llenaba de picón unas cubetas con perforaciones y las introducía dentro del estanque. Una a una y hasta un total de 67. Es ese el sistema natural que han encontrado desde el área de Servicios Municipales para evitar un problema que se presentó después del vaciado del depósito realizado en las últimas semanas: el agua adquiría un color verdoso mucho antes de lo previsto.

"Son recursos naturales que apenas implican coste económico", destacó la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de La Laguna, Mónica Martín, que mostró su confianza en que esta fórmula genere buenos resultados y que, así, la actuación global efectuada en el parque pueda darse completamente por finalizada, para lo que se están utilizando los macetones y también otro mecanismo vegetal que calificó de "enfrentamiento entre algas".

Concretamente, con la primera vía se busca un filtrado natural y la eliminación de pequeñas arcillas, mientras que con la otra se intenta implantar especies que no dejen verde el agua, lo que sí ocurre con las algas unicelulares y de tamaño microscópico. Es por ello que han recurrido a las de tipo filamentoso y a algunas de hoja más ancha. "Por ahora ya se ha conseguido que claree el agua", apuntaron desde Servicios Municipales tras los primeros pasos de esta fase de pruebas.

Además de puntualizar que el sistema alternativo de un cuarto de bombas es "muy caro" de mantener y que requiere mucha energía, otros de los aspectos en los que hicieron énfasis desde la concejalía es en que las algas utilizadas para la oxigenación han sido extraídas de charcas del municipio -por lo que su llegada no supone la introducción en el estanque de ninguna variedad que no estuviese ya anteriormente en otras instalaciones- y en que próximamente se pondrán nenúfares.

Mejoras en el alumbrado

A los trabajos que se han venido realizando en el estanque del parque de La Vega se han unido otros en el alumbrado. Se ha pasado de 74 proyectores de 400 vatios al mismo número, pero de 120 vatios y tecnología LED. El objetivo es triple: acabar con las zonas de penumbra, producir ahorro energético y eliminar la contaminación lumínica. Según cifró la concejala de Servicios Municipales, Mónica Martín, la reducción del gasto será de un 70%. El acondicionamiento del mobiliario urbano y la poda de jardines son otras de las labores que se han venido desarrollando en paralelo a este programa de actuaciones que, en buena medida, nació después de que se produjese un aumento en la población de tortugas.