"Ahora sé que el exceso de información es peor que su escasez". La frase es del sociólogo Zygmunt Bauman, pero podría haberla pronunciado cualquiera. Hoy todos podemos producir contenidos y volcarlos en internet, pero ¿sabemos distinguir lo que es importante de lo que no? ¿Y lo que es veraz? ¿Detectamos qué noticias son fiables y cuáles son falsas y malintencionadas? A responder a estas preguntas quiere enseñar Richard Velázquez, profesor de informática del IES Güímar. En sus clases, los alumnos de segundo de Bachillerato aprenden a hacer un periódico digital a partir de cuentas de Twitter. La temática es libre, pero no todo lo que está en las redes vale: hay que saber buscar.

La idea para las clases surgió casi por casualidad. Richard buceaba en internet en busca de hallazgos que incorporar a sus clases. Tanta búsqueda e información nueva cada día generó en él cierta ansiedad. Se dio cuenta de lo difícil que resulta a veces mantenerse actualizado y descubrió términos que ignoraba, como qué es la infoxicación (sobresaturación de información que existe en internet).

Como Richard también se encarga de la biblioteca del instituto, primero puso en marcha su propio periódico digital sobre lectura. "Es mi banco de ideas", admite. La plataforma que usa -paper.li- es una herramienta gratuita que ordena automáticamente, en forma de periódico, todas las publicaciones que realicen las páginas o personas que se "sigan" en una red social. De esta forma, el autor solo tiene que escoger qué cuentas le interesan y esta aplicación hace el resto: coloca en un sitio web la información que esas cuentas hayan difundido en sus perfiles. Este instrumento ayuda a encontrar información sin necesidad de efectuar búsquedas constantes todos los días.

Pero el trabajo no queda ahí. Los alumnos tienen una segunda misión para terminar este proceso de "curación" de contenidos. Tienen que elegir cómo van colocadas las informaciones en sus periódicos, qué se queda y qué no, y en qué lugar, porque la jerarquía también es importante. El último paso es difundirla.

El trabajo planteado por este profesor busca un efecto múltiple. Por un lado, los alumnos aprenden a seleccionar perfiles de usuarios que son fiables en tiempos donde proliferan las noticias falsas y se habla de "posverdad", y, por otro, se fomenta la lectura "especializada" y, en consecuencia, el aprendizaje. La temática de casi todos los periódicos está relacionada con lo que quieren estudiar los chicos el próximo año o con algunas de sus pasiones. Hay periódicos de medicina, de educación, de tecnología, de frases de motivación, ciencia, coches o cine. Sin embargo, aunque crean periódicos, no están acostumbrados a leerlos. A excepción de los que visitan diarios deportivos en la web -As y Marca- casi todos reconocen que si se informan lo hacen a través de las redes sociales.

El periódico de Xiomara se llama "Lugares peculiares" y es muy visual. Incluye sitios pocos transitados, a pesar de su belleza. Hay localizaciones en toda España, aunque su lugar preferido es El Hierro. "A veces desconocemos lo que tenemos más cerca", lamenta. Amanda, en cambio, dedica su espacio al anime. Quiere estudiar un ciclo de Diseño Gráfico. "No veo muchas salidas en Bellas Artes y creo que así también puedo expresar mi creatividad", dice. Jorge quiere hacer Ciencias Políticas el próximo año en Madrid. No tiene claro si cursar un doble grado, que incluya Periodismo, o no. Su periódico es, quizás, el más inusual: está lleno de noticias políticas. "Sigo periódicos, cadenas de televisión y líderes políticos. Medios tradicionales y alternativos y políticos de todos los partidos", resume. "Hasta tengo de Vox". Hace tiempo que Jorge tomó su decisión: "Me gusta mucho escribir y me interesa la política. También me gusta la historia, pero me llega a resultar monótona. Con la política nunca me pasa eso".

Richard está convencido de que esta tarea les ayudará con independencia de lo que decidan estudiar. "Hagan lo que hagan siempre van a tener que tratar la información". Adquirir estas habilidades contribuirá a que sepan detectar los "fakes", pero, también, a la "autoformación".

El profesor insiste en que una de las mejores aportaciones de internet es la ingente cantidad de conocimiento a la que se puede acceder, "si se sabe cómo". Y "el futuro de cualquier profesional pasa por mantenerse actualizado", subraya.

El proyecto "Disfrutando del Camino" se enmarca dentro de otro mayor, que se denomina "Juntos leemos", de la red de bibliotecas Bibescan. El profesor, además, ha establecido un mecanismo participativo para elegir qué libros compra el centro. Los alumnos pueden acceder al primer capítulo de muchas novedades usando solo su teléfono, a través de un código QR. Si les engancha la lectura, tienen dos opciones: comprar el libro o votar para que sea el centro el que lo adquiera. Cada mes se añaden dos ejemplares a la biblioteca. Es otra forma de promover la lectura y mejorar la formación de los chicos del instituto.

"Recuerdo que mi padre me decía aquí, en la enciclopedia Larousse, está todo el saber, pero, ¿y ahora? Hay que saber usar Google. Ni la formación ni la información de estos chicos puede depender del profesor".