Algún día iba a pasar. El Tenerife perdió en casa e interrumpe su carrera hacia el "play off". No debe interpretarse más allá de un tropiezo que, bien mirado, forma parte de toda buena temporada.

El tropiezo de ayer, segundo consecutivo en casa, hay que cargarlo en idénticas proporciones en el debe del Tenerife, que inició el partido muy blando, y en el haber de un Reus tácticamente envidiable. El equipo de Martí parece haber levantado el pie en la presión asfixiante sobre la que fabricaba sus robos de balón y, en consecuencia, sus rápidos ataques en transición. Habría que analizar si al equipo le cuesta más ajustar la presión con cuatro jugadores arriba. Lo cierto es que ayer, hasta el minuto 25, los dos mediocentros jugaron en inferioridad contra la segunda línea visitante. El Reus hizo grande el campo y tocó cómodo, así logró dejar atrás con facilidad a los cuatro jugadores del ataque local, y entró tocando en la zona ancha. En una de esas posesiones largas llegó el gol. Alberto Benito, un lateral con muy buena pinta, salió solo por su costado, combinó con Folch por dentro, cruzó en diagonal hacia dentro y entregó a la espalda de los centrales un pase sobre el desmarque de Máyor, que encaró a Dani y marcó. La acción retrató el desequilibrio local, un asunto que estaba matando a Vitolo y Aitor Sanz, a quienes les entró la duda de si salir a apretar al poseedor del balón o bien retroceder. Lo mismo le sucedía a los centrales -vendidos en el gol-, porque el rival siempre tenía uno más para descargar y salvar la presión.

Si no ajusta la presión desde arriba, el Tenerife no encuentra su ritmo y tampoco tiene fútbol para generar ventajas en el juego posicional. Estaba incómodo y tenía grietas. La principal, en la izquierda, porque Aarón jugó lejos de esa zona, metido por dentro, Alberto Benito salía con la pelota y nadie llegaba allí para pararlo. Ya con 0-1, el bloque de los cuatro atacantes empezó a involucrarse en la recuperación de la pelota, a bajar a defender, apretar más, y el Tenerife se fue acercando al área catalana, sin mucha continuidad ni claridad, alternando largo y corto, pero empujando. En una de esas acciones se generó la gran ocasión del primer periodo: Cámara puso un extra con un autopase, llegó al fondo y su centro lo remató Lozano, la pelota se paseó por delante del marco y tocó en el segundo palo, pero el rechace volvió al campo. Era el minuto 42, único bagaje de un ataque local cada vez más ansioso.

El escenario en la continuación anunciaba toque a rebato. El Tenerife salió decidido a jugar en menos campo, a evitar que el rival lo estirase con su toque, a sacudir el árbol para que cayera la fruta, con Camille muy arriba. Atacó sin criterio, sin la mínima sutileza para abrirse camino entre aquel repliegue que empezó a ser intensivo muy pronto. Es más, una pérdida de balón de Germán en el inicio casi provoca el 0-2. Guzzo se plantó ante Dani y Jorge evitó la sentencia.

El partido hizo un guiño a los banquillos, en especial al local. Era el momento de variar el guion con las sustituciones. Martí cambió a los dos de banda de una vez. Entraron Omar, dinamizador de su carril, y Cristo, que irrumpió en el escenario con todo el vigor para disfrutar de la otra gran ocasión de gol de la tarde. Amath lo hizo todo, pero Cristo se quedó con el balón solo ante Édgar Badía, el canterano se acercó tanto al meta que se cerró el ángulo y Badía rechazó su disparo. Era el minuto 63'', el Heliodoro estaba muy metido en la tarea y el Tenerife volcado. Pero echando de menos más calidad en el último pase. Martí llamó a Shibasaki y el estadio lo celebró con la misma sonoridad que hubiera tenido el gol del empate. Menos entusiasmo provocó la elección del sustituido, Aitor Sanz, porque fue como desvestir un santo para vestir a otro. El fútbol que le dio Gaku tan atrás, en el inicio, no tuvo continuidad por delante, porque Aitor no estaba para jugar entre líneas. Gaku inició allí donde podía hacerlo Vitolo solo, al japonés se le echó de menos más arriba, con su buen toque y su visión de juego. O sea, que el cambio no cundió porque el equipo no encontró más calidad en el final de las acciones, ante un rival ya completamente encerrado, haciendo cambios de hombre por hombre y arañando segundos al crono. Solo un disparo de Cristo desde la frontal alteró el sistema defensivo de un Reus que habrá celebrado que en tanto balón parado como concedieron no estuviera en el campo Aarón Ñíguez. Demasiadas ventajas.

0-1

tenerife-reus

CD Tenerife: Dani Hernández; Cámara, Jorge Sáenz, Germán Sánchez, Camille; Vitolo, Aitor Sanz; Suso, Aarón; Lozano y Amath. En el minuto 62, doble cambio: entran Cristo González y Omar en sustitución de Aarón Ñíguez y Suso. En el minuto 73, Gaku Shibasaki sustituye a Aitor Sanz.

Reus: Édgar Badía (3); Alberto Benito (2), Atienza (1), Olmo (1), Miguel García (1); López Garai (1), Ramón Folch (2); Ricardo Vaz (1), Guzzo (1); Máyor (1) y Miramón (1). En el minuto 60, Jorge Díaz (s.c.) entró por Ricardo Vaz; en el 69'', Fran Carbia (s.c.), por Guzzo; y en el 79'', Campins (s.c.), por Miguel García.

Árbitro: Pablo González Fuertes (Comité Asturiano). (1). Regular, en un partido limpio y sin jugadas comprometidas. Los visitantes pidieron penalti por derribo de Jorge a Guzzo (51''), pero no lo fue y, además, pareció que había fuera de juego previo. Se le fue la mano en la tarjeta amarilla a Jorge Saénz. En su debe, también, el cortísimo descuento, en el que solo añadió los tres minutos de los cambios y ninguno por la pérdida de tiempo visitante. Amonestó a los jugadores locales Jorge (15'') y Suso (38''), y a Guzzo (18'') y Carbia (71''), por parte visitante.

Goles: 0-1, m. 13: Alberto Benito combina con Folch y mete en profundidad sobre el desmarque de Mayor, que encara a Dani y le pica el balón por encima.

Incidencias: Partido de la segunda jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López, ante 12.124 espectadores. Terreno de juego en aparentes buenas condiciones. En el equipo local debutó, recibido con una gran ovación Gaku Shibasaki, que concitó la presencia de numerosos periodistas de su país. El Tenerife lució su indumentaria habitual y el Reus, rojinegro, a rayas y pantalón y medias negras.

Escuche aquí la rueda de prensa de José Luis Martí sobre el partido: