La Guardia Civil de Granadilla detuvo ayer a un toxicómano de 33 años como presunto autor del robo al descuido de un taxi de San Miguel de Abona cuando su conductor ayudaba a sus últimos clientes a descargar las maletas en el aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía. El acusado es un delincuente conocido que fue arrestado en una casa de San Isidro en la que residen ocupas y donde los agentes hallaron algunos efectos sustraídos.
El taxista asalariado, un hombre cubano llamado Emilio, llevó a unos turistas desde un hotel de Golf del Sur hasta el Reina Sofía. Los tres clientes se bajaron del Volkswagen Caddy, que es la licencia número 30 y las puertas laterales y la del maletero estaban abiertas. Emilio bajó la primera maleta y, de repente, vio que el coche se alejó a toda velocidad.
Por el camino cayeron el resto de maletas. Eran las 7:45 horas. Y, desde ese momento, se alertó a las fuerzas de seguridad por si localizaban el turismo.

Pocos minutos después se supo, gracias al sistema de localización GPS denominado Auriga, que la licencia número 30 de San Miguel se hallaba junto al número 5 de la calle Taganana, en San Isidro. Es decir, junto al colegio Abona, cerca de la carretera que enlaza con Chimiche.
El acusado presuntamente sustrajo el dinero cobrado por el taxista, el monedero, su teléfono particular y el terminal de Auriga. Además, tiró las llaves a un descampado.
El acusado llevaba una sudadera gris con capucha y vaqueros. El mismo individuo visto por taxistas de Granadilla cuando se metió en el taxi fue observado por una joven al abandonar la Volkswagen Caddy junto al colegio Abona. Se dirigió a una casa en la que residen ocupas, en la que finalmente fue arrestado por guardias civiles del puesto de Granadilla, que recuperaron efectos sustraídos y hasta las llaves del coche. Emilio no para de darles las gracias a los agentes.