"Primero fueron las pintadas en la fachada del Museo de la Naturaleza y el Hombre; luego, le pusieron unos labios rojos a la estatua de José Murphy en la plaza de San Francisco y ahora, hace un par de días, estos dos nuevos actos vandálicos contra el patrimonio de todos. Hay un repunte reciente en algo, por desgracia, recurrente. Alguien, él o ella, se dedica a esto y es tan grave como delicado". Así valoró ayer, José Carlos Acha, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz, el hecho de que aparecieran pintarrajeados la escultura "Lorea", ubicada en la Rambla y obra del artista vasco Ricardo Ugarte, y el mural conmemorativo de La Gesta del 25 de Julio de 1797, situado en el entorno del puente Serrador.

A "Lorea", una estructura formada por cuadrados huecos de hierro de color naranja, situada frente al quiosco Numancia y la heladería López Echeto, le pintaron "de todo". Signos sin sentido y firmas de alguno con ansia de fama. De arte, nada, eso sí. Arte, por contra, es la obra, que formó parte de la I Exposición de Esculturas en la Calle organizada en 1973 por el Colegio de Arquitectos. Ya ha sido objeto en otras ocasiones de este tipo de "agresiones" y ha tenido que ser restaurada. Ugarte (Pasajes , Guipúzcoa, 1942) toma "un módulo, y del módulo el hueco con sobrecargas y montantes en un verticalismo donde los volúmenes se equilibran en torres".

Respecto al mural, Acha recuerda que "lo inauguramos en julio del año pasado y había aguantado bastante bien hasta ahora. Queríamos tapar un espacio degradado -una pared siempre llena de pintadas y un entorno donde dominaba la basura- con la representación de aquel combate que tuvo lugar a finales del siglo XVIII en este escenario cercano al convento de los Dominicos donde capitularon los ingleses. Fue muy bien recibido por los vecinos de la zona y por todos los habitantes de la ciudad".

La empresa Rolenart se encargó del trabajo con base en la propuesta diseñada por los muralistas Eduardo Yanes, Ciro Romero, Airam Lázaro y Juan Carlos Castro. Ahora, los vándalos han manchado con pintura negra la cabeza del General Gutiérrez y parte del paisaje de fondo.

Acha se mostró preocupado y concluyó con un llamamiento: "No se pueden hacer estas cosas en lo que es de todos con un planteamiento político o personal. No es ni el lugar ni la manera. Aparte del coste económico, claro está".