Los primeros dientes del bebé suelen aparecer alrededor de los seis meses. A algunos les salen antes y otros pueden cumplir el primer añito sin ningún diente.

Los primeros dientes pueden causar molestias al bebé mientras permanecen ocultos bajo las encías, o pueden romper la membrana gingival repentinamente sin molestar al bebé.

Podemos detectar la salida de los dientes por cambios en el comportamiento del bebé. El pequeño puede mostrarse molesto, quejoso e incluso tener alguna décima de fiebre.

Otro signo de que le están saliendo los dientes es una salivación excesiva y el babeo constante, así como morder fuertemente todo lo que tenga a su alcance.

Si le observamos la encía podremos ver que está inflamada, enrojecida e incluso apreciar un pequeño bulto blanco y duro. No nos quedará duda de que le van a salir los primeros dientes.

Este proceso es doloroso para el bebé y es lógico que llore y se muestre irritado, pero afortunadamente disponemos de remedios para apaciguar el dolor.

Como hemos visto, el bebé tiende a llevarse a la boca todo lo que tiene a su alcance para morderlo y aliviar las molestias causadas por la hinchazón de la encía.

Podemos proporcionarle objetos específicos para este fin, como son los mordedores que podremos encontrar en cualquier farmacia o tienda especializada. Hoy en día existen muchos tipos de mordedores pero los que están en auge son los de silicona Anti-Gérmenes como los de Mamichic, que además de poderse enfriar en la nevera, son suaves, flexibles y tienen texturas que alivian rápidamente las molestias de la dentición.

También podemos masajear las encías con el dedo limpio y haciendo presión contra el diente emergente, lo cual alivia temporalmente las molestias.

Si el bebé ya toma alimentos sólidos, podemos ofrecerlefruta fría para que la muerda y chupe. Si es más pequeño, podemos ofrecérsela en un alimentador antiahogo.

Otro buen recurso son los collares de lactancia y de dentición. Son collares para la mamá formados por cuentas de silicona alimentaria antibacteriana de varias formas, tamaños y colores, con lo que seguro encontramos el que se adapte mejor a nuestro estilo. La función de estos collares es que el bebé se los lleve a la boca y le proporcionen alivio. Están pensados para ayudar a romper la membrana gingival y, al igual que los mordedores, pueden enfriarse en el frigorífico.

Como su nombre indica, también tienen su uso durante el periodo de lactancia, ya que el bebé fijará su atención en tocar y mirar el collar y no se distraerá con el entorno, prolongando así el tiempo que el bebé estará al pecho y favoreciendo el vínculo con la mamá.

Si el bebé está excesivamente irritado o incluso presenta fiebre, podemos consultar al pediatra y será él el encargado de recetarnos el medicamento adecuado. Normalmente será Paracetamol o Ibuprofreno, pero en cualquier caso, no debemos administrarlo sin la aprobación del pediatra.

Cada bebé vivirá el proceso de dentición de una forma diferente, unos más molestos que otros. En cualquier caso, a parte de los remedios que hemos comentado, es importante mostrarnos tranquilos, pacientes y proporcionar altas dosis de mimos a nuestros pequeños.