Las nubes causadas por la acción del hombre, antroponubes, y cuyo estudio es esencial para predecir la disponibilidad de los recursos hídricos y los impactos del clima, han sido incluidas por primera vez en el "Atlas Internacional de Nubes" de la Organización Mundial Meteorológica (OMM).

Desde ayer, la nueva edición del Atlas, revisado por última vez en 1987 y publicada por la OMM, contará en sus páginas con nuevas especies de nubes "especiales" como Homogenitus, del latín homo (hombre) y genitus (engendrado) producidas por los gases de los motores de las aeronaves.

Otras nubes derivadas de la actividad humana son las originadas por la emisión de vapor de agua en las proximidades de las centrales térmicas y las que se producen después de un gran incendio forestal.

La publicación, revisada por última vez en 1987, incluye nubes generadas por gases y motores

Con motivo de la celebración ayer del Día Meteorológico Mundial, que este año lleva por lema "Entendiendo las nubes", el atlas, publicado por primera vez en formato digital, incluye una nueva especie Volutus, término que designa a las nubes enrolladas, y hace una mención especial a la nube Asperitas (aspereza).

Esta última es una de las más espectaculares con una formación con ondulaciones y protuberancias que se asemeja a la superficie rugosa del mar, explica Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

Otros tipos son las nubes Flumen, conocidas habitualmente como "cola de castor", y asociadas a las tormentas de fuerte intensidad que generan supercélulas. Respecto a su clasificación, Del Campo señala que los meteorólogos utilizan, desde el siglo XIX, una nomenclatura científica capaz de aglutinar el sinfín de formas que adoptan las nubes en unos pocos grupos.