Es el cuarto delfín moteado que este año se encuentra varado en una playa de Tenerife. Además, es el primero en ser diseccionado en público. Con este, ya son siete cetáceos los que se han encontrado en 2017 en las costas de la isla. Se trata de uno de los servicios que realiza la red de varamientos del Gobierno de Canarias, del que el biólogo, Manuel Carrillo, forma parte.

"Ha muerto por causas naturales, como todos los que hemos encontrado este año", explica el biólogo. En 2016, en total se encontraron 20 especies de cetáceos varados en las costas de Tenerife, y siete de ellos fueron delfines moteados.

"Estos especímenes, cuando notan que están enfermos, van separándose de la manada para acabar su vida en la playa", informó Carrillo. Con la necropsia posterior, se puede conocer la causa de la muerte y aprender más sobre el animal. Por ejemplo, se puede saber si su defunción ha sido por causas naturales o por haber ingerido materiales contaminantes. "También podemos conocer datos del delfín como cuántos años tiene, si ha dado a luz y cuántas veces -en el caso de ser una hembra- o, incluso su dieta", afirma.

Este servicio, según el biólogo, es uno de los mejores de España. "Algunas comunidades autónomas ya está implementando programas de seguimientos de cetáceos basados en los canarios", aseguró.

Pulmones en el océano

Los delfines son especies peculiares. Llevan ya 70 millones de años en el mar, pero no siempre fue así. Sus antepasados primero vivieron en el agua, luego consiguieron abandonar esa vida y empezarla en la tierra. No obstante, durante el Eoceno, un grupo de mamíferos relacionado con los artiodáctilos primitivos consiguió efectuar la transición del medio terrestre al medio acuático, dando lugar a lo que hoy conocemos como cetáceos. Los antepasados de los delfines tenían pelo, pulmones y eran mamíferos. Parte de estas características se las llevaron al mar, y por eso siguen teniendo huesos, pulmones y mamas. No obstante, son diferentes a los mamíferos terrestres, y su principal diferencia es el peso de los huesos. "Mientras que en tierra firme, necesitan unos huesos pesados para soportar el peso, los de los delfines son más ligeros", explica el biólogo, Manuel Carrillo.