Lejos de solucionar un problema sexual concreto, que es a lo que se dedican los sexólogos, hoy se está poniendo de relieve la figura de quien nos enseña a sacar todo el goce en lo relativo al disfrute sexual: el entrenador. Y aquí se abre un melón espectacular, porque las técnicas amatorias han tenido como único referente a las "geishas" y poco más; y los más lujuriosos clímax han estado ligados a la profesión más antigua del mundo. Ahora, sin embargo, podemos asistir a la consulta de este nuevo tipo de "coach" y entablar una fantástica conversa sobre cómo lograr los más fabulosos orgasmos sostenidos. Él o ella, tras adivinar cuán de viciosillos somos, nos invitarán a beber en las más turbulentas fuentes del placer. ¡Qué rico, mami!

Como los sexólogos, un "sex coach" puede tener una formación reglada o no. Vaya..., esto, encima y para más morbo, resulta que va a tener mucho que ver con lo oculto y lo escondido. Me cuentan que en esta disciplina se utilizan herramientas de crecimiento personal (y tanto) que influyen en el sexo saludable de cara a una mayor estabilidad de la pareja. Pero yo creo que esto es un grito de desinhíbase, un fuera miedos, un quita complejos y a tomar viento fresco las creencias tradicionales. Y todos siempre hemos querido saber más del sexo. Ya me imagino a las parejas comentándoles a sus cónyuges que no los esperen despiertos, porque después del trabajo van al entrenador sexual por el bien del matrimonio. Y a mí, qué quieren que les diga, estas cosas, más que encantarme, me chiflan.

@JC_Alberto