Dijo que no iba a ser un concierto intimo y cumplió su palabra. Lo hizo durante algo más de una hora y 45 minutos y acompañado por cuatro músicos. David Bustamante no ha perdido la esencia del chico que soñó con ser cantante. Anoche demostró tablas y ganas de seguir aprendiendo en el concierto que dio en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. "Lo de amor de los dos" era una trampa. Una travesura musical que cruzó ampliamente los límites de su última aventura discográfica.

Bustamante sí tiró de las canciones que tanta gloria le dieron en México ("Bésame mucho", "La puerta", "Cielo rojo", "Voy a apagar la luz", "Como yo te amé" o "Júrame"), pero en su peregrinar por una carrera que se ha alargado durante una década y media también tiró de títulos como "Hoy tengo ganas de ti", "Miente", "A contracorriente" o "Cerca de mi piel". David no se guardó nada en el transcurso de una puesta en escena que dominó de principio a fin. Y es que su música tiene unos ingredientes inconfundibles: dedicación, energía y kilos de ilusión.