El pasado 25 de marzo, los líderes europeos celebraban, con un encuentro en la ciudad de Roma, el 60 aniversario del Tratado de Roma, por el que se fundó la Comunidad Económica Europea.

El Reino Unido no acudía a la cita confirmando así su ruptura, escenificada esta misma semana, cuando la "premier" británica, Theresa May, notificaba la activación del artículo 50 del Tratado de la Unión Europea. Con esta comunicación se abría un proceso inédito entre Reino Unido y la Unión Europea, que ha de durar al menos dos años, para fijar las condiciones y los términos de la retirada y definir el encaje futuro del Reino Unido en la Unión Europea.

Este será un proceso decisivo para Europa porque de una gestión inteligente del fenómeno del "brexit" dependerá evitar el efecto contagio en otros países.

En palabras del presidente Juncker, seis décadas después de su nacimiento, el proyecto europeo se enfrenta a una crisis existencial. En su años de andadura ha cosechado resultados positivos en torno al mercado común basado en la libertad de circulación de personas, bienes, servicios y capital; la unión aduanera; la moneda común; su influencia política y diplomática en el mundo y un conjunto de políticas comunes entre los países miembros como la política agrícola común, la comercial, la de transportes o la medioambiental. Pero por encima de todo, la Unión ha favorecido una convivencia pacífica que ha permitido a Europa vivir el periodo de paz más largo de su historia.

Sin embargo, a pesar de estos avances, hoy estamos ante una Europa muy debilitada que pasa por sus horas más bajas. El proyecto común se ha resentido por su incapacidad de acometer los problemas de la inmigración, el terrorismo, las consecuencias derivadas de la grave crisis económica, las desigualdades sociales, los elevados índices de desempleo y el ascenso del populismo, problemas a los que se suma también el "brexit".

Europa conseguirá superar un futuro incierto si abandona su tibieza ante la crisis de los refugiados, aborda una política migratoria y de asilo común y si es capaz de mejorar la seguridad, reforzando la lucha contra las nuevas formas de terrorismo que producen efectos devastadores.

En el plano económico Europa debe desterrar las políticas de austeridad que han favorecido el avance de los populismos extremos, lo que implica una apertura hacia una dimensión más social que permita crear empleo y preservar el estado del bienestar.

El proyecto europeo ha sido un buen paraguas para Canarias desde el reconocimiento jurídico, en el artículo 349 del Tratado de Lisboa, de una situación específica en la UE en consideración a nuestras singularidades como Región Ultraperiférica.

Pertenecer a las RUP nos ha permitido el mantenimiento de los incentivos económicos y fiscales del REF; la Zona Especial Canaria (ZEC); las medidas en el marco de las políticas de cohesión como el Fondo específico RUP; el POSEI en el marco de las políticas agrícolas y pesqueras o el Régimen Específico de Abastecimiento (REA), entre otros.

El carácter estructural de las dificultades derivadas de la lejanía, el aislamiento, la insularidad, la reducida superficie, la compleja orografía y la dependencia económica, como factores que nos diferencian, exige aprovechar la oportunidad de fortalecer una posición conjunta de todas las regiones con ocasión del IV Foro de la Ultraperiferia, que se celebra estos días en Bruselas, de cara a la renovación, en 2017, de la Estrategia en favor de las Regiones Ultraperiféricas de la Unión Europea.

Una estrategia que ha de tener como principal objetivo que todos los ciudadanos de las RUP tengan las mismas posibilidades y expectativas que el resto de ciudadanos europeos.

Para Canarias la condición RUP, caracterizada principalmente por su lejanía y fragmentación, debe ser también una oportunidad para Europa, como territorio tricontinental, plataforma logística y solidaria, también ante terceros países.

Desde Canarias, también desde el liderazgo en el marco de las RUP, tenemos que contribuir a que Europa sea mejor, más fuerte y más solidaria.

*Diputada autonómica del Grupo Nacionalista Canario