Christian Méndez Benedetti lleva dos meses ejerciendo como presidente del Instituto Canario de Hemodonación y Hemoterapia (ICHH). Durante este tiempo se ha enfrentado al foco mediático debido a la escasez de sangre de algunos tipos, en concreto el cero positivo, que generó que algunos hospitales se vieran obligados a reprogramar las operaciones. El poco, pero intenso, periodo que ha pasado a cargo del Instituto le ha hecho reflexionar sobre el futuro de la institución.

En los últimos meses se han visto problemas de desabastecimiento de sangre en hospitales, por lo que ha habido que retrasar operaciones. ¿Hay alguna solución?

Estamos trabajando en varias líneas. Parto de la base de que uno de los principales puntos que podemos reforzar es el tema de la comunicación con los donantes, tanto con los posibles donantes como para fidelizar a los que ya tenemos en nuestra base de datos.

¿Han pensado implementar otras formas de comunicación para la comunicación con donantes, como el uso de las redes sociales?

El Twitter lo teníamos desactivado desde hace tiempo y, desde principios de este mes, ya lo estamos usando. A Facebook le hemos dado un giro y estamos intentando ser más activos. A parte tenemos las campañas normales. Por ejemplo, ahora mismo acabamos de terminar una en la universidad con el hashtag #Diezendonación, que se ha dado bastante bien.

¿Las campañas entonces están funcionando bien?

Están funcionando. No obstante, no nos rendimos y seguimos potenciándolas.

Canarias se encuentra por debajo de la media en donaciones de sangre, algunos expertos comentan que esto podría deberse a la falta de sedes del ICHH en las islas menores, ¿han hablado de la posibilidad de establecer alguna en estas islas?

Todas las islas, a excepción de La Gomera, tienen punto fijo hospitalario. El Instituto trabaja con unidades móviles, con puntos fijos propios - en Tenerife y en Las Palmas - y aparte tenemos puntos de donación en todos los hospitales y clínicas privadas. Este mes empezaremos a trabajar en La Gomera con punto fijo. Ahora mismo, la media de donaciones en esa isla es de 7 al día. No obstante, tenemos pensado que, cuando esa cifra se incremente, trabajaremos como en ella en todas las demás

¿Cómo hacer que esta situación cambie?

Al final se trata de concienciación, de que la gente adquiera conciencia de todo esto. Por suerte o por desgracia, haber tenido el foco mediático estos días atrás, ha dado visibilidad al Instituto, ya que mucha gente no lo conoce o desconoce nuestra labor. Por otro lado, se trata de pedagogía o educación. No se trata de ir a donar y ya está. Queremos conseguir una regularidad, es decir, que todas las personas hagan dos donaciones al año.

Según Sabin Urcelay, de la Sociedad Española de Trasfusión Sanguínea, el problema de Canarias en donaciones es principalmente el turismo, ya que los extranjeros pueden necesitar sangre, pero no donan aquí.

Pienso que hay mucha casuística, pero al final nosotros lo que tenemos que cubrir es una demanda que no podemos controlar. Creo que no podemos atacar al turismo porque es una de nuestras fuentes más importantes de ingresos. Lo que no puedo controlar es el gasto, porque es el que es. Cerca de un 70% del consumo es acaparado por urgencias y tratamientos específicos, es decir que, solo un 30% de la sangre que consumimos está vinculado a actividad hospitalaria programada. Por tanto, trabajamos con un porcentaje muy alto de indefinición.

¿Cree que a la población le haría falta un mensaje de concienciación más duro y directo?

Sí y no. A nivel de datos y estadística, el año que la DGT sacó la campaña en la que aparecían personas teniendo un accidente y era muy sangriento, bajaron las tasas de accidentes. Yo creo que si bien con una acción así, muy agresiva, se podría llegar, quizás la línea a seguir es la pedagógica.

¿Qué piensa sobre la creencia de que cuando una persona va a operarse debe llevar a familiares a donar y que esa sangre será la que le transfundan?

Totalmente una leyenda urbana, porque al final la sangre que se le transfunde a las personas es sangre de la que tenemos nosotros en el banco de cualquier persona que haya donado anteriormente. El periodo que tardamos en transformar una donación en un concentrado de hematíes aplicable a una persona está entre los tres o cuatro días, fines de semana excluidos. Por lo cual, si tú donas un viernes y a tu familiar lo operan un lunes, probablemente la sangre tuya se la pongamos al que operen la próxima semana.

¿Podría explicar por qué se dice que venden sangre?

Es fácil de explicar. Todo lo que pasa desde que la sangre sale del donante hasta que se le pone a una persona lleva un proceso con unos gastos asociados. Aquí no hay una venta, sino una repercusión de gasto. Todos esos gastos se dividen entre las unidades de sangre y repercuten, en última instancia, en quién recibe esa sangre. Si la transfusión de sangre se hace en el Servicio Canario de Salud (SCS), ese coste lo asume el SCS; si es en clínicas privadas, lo asume, el SCS si es un centro concertado o una aseguradora si es una clínica totalmente privada; por último, si es la persona particular que, por sus propios medios y sin seguro, va a operarse, lo pagaría esa persona en particular. Pero no es una venta en sí, es simplemente asumir la parte de costos que tiene la sangre.

Donaciones en las Islas

Tenerife y Gran Canaria son las Islas con mayor afluencia de donantes. Se encuentran en las 30.000 donaciones anuales. Le siguen Lanzarote, La Palma y Fuerteventura, cuyas donaciones se sitúan entre las 1.600 y las 1.700. Por su parte La Gomera cuenta con 422 donaciones y El Hierro con 319. Finalmente, el índice de donación en las Islas es de 31,3 por cada 1.000 habitantes. Por debajo de la media española.

El perfil del donante

En Canarias se trabaja con unos 10.000 donantes nuevos al año, unos 21.000 donantes habituales -los que durante el año han hecho dos donaciones-, 8.600 recuperados -los que han hecho dos en los últimos 24 meses- y 30.000 retirados -los que han hecho una donación en los últimos 24 meses, pero no en los últimos 12-. Para tener unos datos más concretos, se tendría que filtrar a los que ya cumplieron los 60 y a aquellos han tenido problemas de tensión. No obstante, el ICHH no tiene a día de hoy capacidad técnica para hacerlo.