Un grupo de 35 personas, de los que una veintena son menores, que ocuparon el edificio de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) -comúnmente, el banco malo- situado en la calle San Juan (Güímar), tendrá que abandonarlo en diez días por decisión judicial.

Se trata de nueve familias de güimareros empadronados en el municipio, muchos de ellos procedentes de El Puertito de Güímar, con todos los niños escolarizados (salvo los bebés) que "nos vimos obligados a entrar en estas casas deshabitadas" sin que dispongan de un alojamiento alternativo.

"Pedimos más tiempo, que nos den apoyo porque no tenemos nada", señalan. Entre sus historias las hay de familias que no perciben ayuda alguna, otras que lo que reciben no les permite cubrir las necesidades básicas y lo común es que son desempleados.

"Nos sentimos desamparados, nos han tenido abandonados", señala Francisco Javier, por ejemplo, mientras Vanesa reclama "más tiempo y que nos den algo porque, por ejemplo, yo no tengo recursos económicos y no me puedo pagar un alquiler teniendo tres hijos menores".

"Nos vemos en la calle, pero aunque los mayores nos podemos buscar la vida, el caso es que hay muchos niños afectados. Por favor, están los niños", señala Francisco Javier.

La alcaldesa de Güímar, Carmen Luisa Castro, explicó a El Día Televisión que ha mantenido reuniones con la directora del Instituto Canario de la Vivienda, María del Pino de León, y con entidades bancarias al objeto de firmar un convenio que permita atender situaciones como la de este grupo de vecinos, consciente de que hay otros en circunstancias similares.

"El Ayuntamiento de Güímar no puede hacerse cargo en solitario de esta situación", aseguró la regidora, quien también afirmó haber hecho gestiones ante el banco malo. De momento, el consistorio asume dos meses de alquiler, pero los vecinos tendrán que desalojar el edificio.