Quedarse en la Isla no es una excusa para no sacarle todo el partido a la Semana Santa. Los días libres sirven para hacer aquellos planes pendientes de los que siempre hablamos, pero para los que la rutina no nos deja mucho tiempo. ¿Has pasado una noche en el refugio de El Teide? ¿Has disfrutado de Antequera, una de las playas más desconocidas de nuestra geografía? ¿A qué museos quieres ir pero nunca encuentras el momento? ¿Te has atrevido con el descenso de Masca?

Canarias es un territorio de "microclimas", pero también, y quizás por eso, su oferta de diversión es más amplia que en territorio continental. Nos cansamos de decir que Canarias es más que sol y playa, pero es que es verdad: cultura y aventura conviven todo el año en la oferta de ocio. No solo es posible disfrutar de temperaturas cálidas en diciembre, sino que en cualquier época del año se pueden practicar numerosos deportes de aventura, pasar un día en una playa paradisíaca, zambullirse en los charcos o piscinas naturales del norte y sur de la Isla, descubrir parte de la historia y la cultura del Archipiélago o practicar senderismo. Puedes ver la exposición permanente de Óscar Domínguez en Tenerife Espacio de las Artes o acercarte a otro museo un poco más desconocido, el de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW), en Puerto de la Cruz. Hay opciones para todos los gustos y están disponibles prácticamente los 365 días.

Esta forma de turismo activo atrae a foráneos, pero -cada vez más- se va consolidando como forma de entretenimiento y conocimiento para nosotros mismos, los locales. Es verdad que están proliferando las empresas que ofrecen rutas, a pie o en barco, para visitar enclaves alejados de nuestra geografía, el avistamiento de cetáceos, el buceo o la exploración de cuevas marinas. Los precios varían, pero hay muchas actividades, como las excursiones en kayac o los senderos guiados, que se pueden encontrar a precios muy asequibles haciendo una rápida búsqueda en internet. Es cierto que algunas excursiones son más complicadas y exigen la compañía de personal preparado, pero hay muchas rutas que no y que además son aptas para diferentes edades. Un ejemplo es la playa de Masca. Situada cerca de los acantilados de Los Gigantes, la única forma de acceder a ella por vía terrestre es a través del barranco, para lo que se necesitan alrededor de tres horas y media, calzado apropiado, bastante agua y un bastón de senderismo. Para salir hay que rehacer el camino (para lo que se necesita una fuerza física importante) o volver en barco. Muchas empresas te recogen más tarde. Con Antequera, en Santa Cruz, pasa algo similar. Esta playa de arena negra, ubicada en la costa sur de Anaga, se encuentra a los pies de un impresionante acantilado. Se puede acceder a pie o en barco y también hay empresas que ofrecen excursión de día completo.

Los numerosos miradores que salpican la Isla -como el de la Cruz del Carmen (de donde salen varios senderos asequibles para casi todos los públicos), el de Humboldt, en La Orotava, o el de El Guincho, desde el que se ve Garachico- son perfectos para renovar nuestros selfies, pero, sobre todo, para disfrutar del maravilloso paisaje que tenemos a la vuelta de la esquina. Respirar el aire del parque de Anaga o de Teno también debería estar en nuestra agenda para estos días. A todos nos gusta viajar, descubrir nuevos lugares, pero el turista auténtico sabe que el viaje empieza en casa.