Las dificultades económicas de los últimos años han provocado un considerable ajusto del gasto de los hogares canarios, una tendencia que ahora ha comenzado a revertirse. Pero las variaciones en el consumo no han sido las mismas para todos: al margen de las diferencias individuales de renta, el grupo de mayores de 65 años es el único que aumentó su desembolso durante la crisis, mientras que entre los jóvenes (entre 16 y 44 años) y los de mediana edad (entre 45 y 64) ha descendido.

El Consejo Económico y Social (CES) de Canarias dedica su último boletín de coyuntura a la evolución del consumo de los hogares entre los años 2008 y 2015. El estudio realizado por el órgano de participación de los agentes económicos y sociales en las políticas de la Comunidad Autónoma recurre a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) para concluir que en los hogares cuyo sustentador principal tiene 65 años o más el gasto en diferentes tipos de bienes ha crecido un 19,1% durante la crisis, mientras que la disminución que ha experimentado en los núcleos sustentados por personas jóvenes asciende al 26,3% y en los de mediana edad se cifra en el 11,5%.

El repunte del consumo en los hogares de mayores puede explicarse, argumenta el CES, por el papel que ha desempeñado durante la recesión la "reunificación" de las familias, "de forma que los hogares más desfavorecidos se vieron obligados a la reunificación familiar, paliando así los efectos de la crisis al compartir los costes fijos del hogar, bajando el coste medio de la vida y aumentando las posibilidades de consumo".

El grupo conformado alrededor de personas cuya edad alcanza o supera los 65 años está "menos expuesto a los cambios cíclicos de la renta a través del desempleo o la precariedad laboral" y dispone, además de un ingreso de carácter permanente, como son las pensiones. Por estas razones, cuenta con una renta "más estable en el tiempo", que es el factor que determina el consumo a corto y medio plazo.

También influye la estructura de la cesta de la compra de este colectivo, en la que el mayor peso lo ocupan los bienes y servicios no duraderos de primera necesidad (alimentos y bebidas no alcohólicas) y la vivienda, en la que no es posible un ajuste del gasto, por lo que "su consumo se ve menos afectado por las variaciones de renta".

Por el contrario, la mayor caída en el consumo se produjo en los tipos de bienes que más presencia tienen en la cesta de la compra de los menores de 65: duraderos y semiduraderos -calzado y vestido, vehículos, algunos relacionados con el ocio y la cultura...- y no duraderos no esenciales (alcohol, tabaco, café, restaurantes, prensa, vacaciones, hoteles, servicios recreativos y culturales...). Se trata de bienes con una alta elasticidad, de manera que su consumo se reduce durante épocas de declive de la renta.

A juicio del CES, "cuidar el consumo privado pasa por cuidar el empleo de los más jóvenes". El órgano consultivo advierte de que la precariedad, el desempleo y la falta de políticas de familia derivan en una reducción "sustancial" de la población que mayor propensión al consumo presenta en esta clase de bienes.

La evolución experimentada durante la crisis ha conducido a que los canarios de más de 64 años se situaran en 2015 como los que más dinero desembolsan, con casi 10.000 euros anuales por persona, pese a que la cifra casi no ha variado desde 2008. Los de entre 16 y 44, que eran los que más gastaban, han sido los más perjudicados al pasar de más de 10.000 a menos de 9.000, una tendencia similar, aunque más acentuada, a la registrada por los que tienen entre 45 y 64.