Hay a quienes sorprende que el Cabildo, con el apoyo de los empresarios de la comarca, defienda como prioridad la construcción de una terminal nueva en el aeropuerto Tenerife Sur. Sería la tercera, porque a mediados de 2009 concluyó la construcción de la segunda, la T-2, pero fue pensada como una terminal de salida únicamente.

Desde entonces, su funcionamiento es casual, en los momentos de máxima saturación de la terminal principal los martes o viernes, días de máxima operatividad.

Pensada y diseñada para atender a 4.000 pasajeros (mil más que actualmente) cada hora, fueron 39,1 millones de euros de inversión en su construcción, que comenzó en el año 2005 dando como resultado 21.400 metros cuadrados que albergan 32 mostradores de facturación. A ello se añade un estacionamiento de 10.500 metros cuadrados, con capacidad para 213 vehículos en tres niveles, ocho plazas para guaguas y una parada de descarga de taxis. Además, dispone de dos puertas de embarque emplazadas en la pasarela que enlaza ambas terminales.

Pero la T-2, o terminal de salida, carece de algo esencial para que sea operativa: pasarela de embarque que conecte el edificio con los aviones. Consecuentemente, las aerolíneas declinan operar en esta terminal porque ello supondría un gasto extra al tener que disponer de personal en ambas terminales. El pasajero que factura en la T-2 tiene que recorrer medio kilómetro para embarcar por la terminal principal.

En el Plan Canarias de Infraestructuras Aeroportuarias 2008-2020 ya aparece la construcción de una nueva área terminal, esa que hoy es prioritaria para el Cabildo y para los empresarios y las autoridades municipales del Sur de Tenerife. El año 2021 es el anunciado para la puesta en funcionamiento de esa tercera terminal del aeropuerto Tenerife Sur.

Lo dijo la entonces ministra de Fomento, Ana Pastor, en el año 2015, aunque también dijo que al siguiente (o sea, en 2016), AENA empezaría a invertir los 120 millones que costará esta construcción. Claro que su resultado estaría lejos de lo anunciado hace una década, cuando el entonces director del Tenerife Sur, Óscar Martínez, habló de 425 millones de euros para atender una demanda de 7.400 pasajeros a la hora y de 2.600 vehículos en horas punta, que requerirá de una carretera de acceso y un área de estacionamiento nueva.

La T-3 enlazaría las dos terminales existentes, tendría cinco plantas, 140 mostradores de facturación, 23 puertas de embarque y 14 hipódromos para la recogida de equipajes, 140 mostradores de facturación y 23 puertas de embarque. Eso sí, obligaría a reestructurar la operatividad de todo el complejo aeroportuario.

Todo ello está en el aire porque lo recogido en el "Documento de regulación aeroportuaria" (DORA) no contempla como prioridad la tercera terminal del aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía. De ahí la insistencia en ello por parte de políticos y empresarios. La segunda pista está aparcada.