El Pleno del Ayuntamiento de Garafía ha acordado por unanimidad aplicar medidas contundentes para acotar la práctica de la caza en el municipio, debido a la preocupación y malestar vecinal por la afección que sobre los cultivos y las explotaciones ganaderas están teniendo el abandono de perros, principalmente de podencos.

La corporación municipal ha aprobado reclamar al Cabildo de La Palma la supresión inmediata de la zona de entrenamiento de perros de cacería ubicada en el municipio. A propósito, el primer teniente de alcalde, Yeray Rodríguez, explicó en la emisora de radio municipal que "fuera de la temporada de caza también vienen a entrenar los perros. Los traen sin el microchip identificativo. No se lo ponen hasta saber si son buenos o no para cazar y si ven que no sirven, ahí se quedan los animales y el que quiera que se encargue de ellos. O simplemente se pierden porque son perros jóvenes sin experiencia. Perros que acaban haciendo daño" tanto en cultivos como en explotaciones ganaderas.

Rodríguez fue un poco más lejos, afirmando que "asociada a la zona de entrenamiento hemos detectado cazadores furtivos fuera de la temporada". Entiende que una alternativa es poner un espacio para entrenar a los perros en El Paso, ya que "la mayoría de cazadores que vienen aquí, a Garafía, son del Valle de Aridane".

El Pleno acordó también iniciar los trámites necesarios para crear un "coto municipal de caza", que sería el lugar donde exclusivamente podría desarrollarse esta actividad. "Fuera de ese coto, estaría prohibido caza", apunta el primer teniente de alcalde. Sería un espacio "lejos de cualquier zona habitadas, casas de turismo rural y de las zonas de cultivo, incluyendo las viñas en el monte". Y es que esta decisión incluye que no se pueda cazar a menos de un kilómetro de cualquier vivienda, aunque esté situada en pleno bosque.

Yeray Rodríguez es consciente de que las medidas acordadas "pueden parecer radicales", pero aún así defiende que "hay que seguir trabajando para endurecerlas". Dejó claro que además se ayudará a los ganaderos para realizar actuaciones que permitan mejorar los vallados de sus explotaciones, con el objeto de que sus animales no se vean afectados por los ataques de perros.

El político garafiano apuntó que en estos momentos "tenemos dos perros en el ayuntamiento que fueron abandonados y causaron daños en explotaciones ganaderas. No sabemos qué hacer con ellos. En lo que va de año, unos diez perros han pasado por nuestra perrera, aunque todos no han sido podencos".

El representante municipal es sabedor de que la competencia sobre animales "es municipal", pero recordó que desde hace bastantes años el Cabildo de La Palma "tomó la iniciativa de crear un albergue para animales abandonados", que todavía hoy no es una realidad "y la previsión no es que esté en un corto espacio de tiempo".

El acuerdo plenario se produce por la matanza de ganado por perros abandonados. A propósito, de la oveja de raza palmera, de las que hay censadas 250 y han sido declaradas en peligro de extinción por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, los perros han dado muerte a más de 30 ejemplares a lo largo de este año, tal y como ha denunciado esta misma semana la Asociación de Criadores de Oveja Palmera.