El hombre del momento es supersticioso, elude mencionar la palabra ascenso y prefiere no salir del "partido a partido" que lo ha llevado a situar al Tenerife a ocho semanas de jugar un "playoff" de ascenso a Primera. José Luis Martí ya siente el orgullo de haber llenado el estadio, aunque concede el mérito principal a sus jugadores. Más cercano que de costumbre, el entrenador del Tenerife responde.

¿Qué análisis hace de la Liga?

El nivel de competitividad ha sido muy alto y hemos sido capaces de vivir cada acción de cada partido. Hemos ido madurando muchísimo y nos deja en una situación muy buena para lo que espera, que es mucho. Porque quedan 24 puntos en juego y todo puede suceder, pero solo podemos controlar lo que va a pasar en el próximo partido, que es el de Soria.

Pero hubiera firmado llegar a este punto de esta forma.

A cualquiera que le digan que vamos a estar en este puesto y con las sensaciones que transmitimos lo hubiera firmado. A día de hoy es obvio que nuestro objetivo es mantener la posición en la que estamos, pero sin dejar de ir partido a partido.

¿Le preocupa algo especialmente de este tramo final?

La verdad es que no, porque veo a mis jugadores día a día. No los veo relajándose ni aflojando porque ahora nos enfrentemos a rivales que no son directos. Pero en las últimas jornadas es muy difícil ganar.

¿Da con diez puntos más para jugar el playoff?

No creo. No soy mucho de hacer números, pero creo que van a faltar más. Más allá de los enfrentamientos directos, que condicionan, los equipos tienen potencial para ir sumando. No sumar un mínimo del 50 por ciento creo que no nos daría.

Getafe, Cádiz, Oviedo, Huesca... ¿Cabe alguno más aún?

El Lugo siempre va a estar ahí. Los demás lo tienen ya complicado, aunque todo puede pasar. En el mundo del fútbol todo cambia en dos jornadas. Es importante mantener la dinámica de seguir en esos puestos para no perder la fe.

Hábleme de esos rivales.

Del Oviedo destacaría la fiabilidad que tiene en su estadio, aunque ahora es más difícil ganar. El Huesca está en un tramo en el que no pierde, lo que le da moral. Aunque el gol del Cádiz en el último minuto le haya podido hacer daño. El Cádiz puede parecer que no acaba de arrancar, pero es un equipo que compite muy bien y que está acostumbrado a conseguir el objetivo. Muchos de sus jugadores ya conocen el procedimiento de las eliminatorias y eso es una ventaja. El Getafe parece que ha resurgido después de jugar contra nosotros y ha empezado a cosechar mejores resultados. Es un equipo sólido y aguerrido al que es difícil hacerle gol.

¿Tiene importancia el factor campo en el playoff?

Más que considerar el campo a favor sí considero la opción de que los empates te sirven. Los dos partidos con empate por el mismo resultado te valen para clasificarte. Además, la prórroga se jugaría en tu estadio. Eso ayuda.

¿Le parece injusto, llegado el caso, tener que jugarse el ascenso en cuatro partidos y dos semanas?

Me parece justo porque conocemos el reglamento desde hace varios años. Creo que para la competición es muy bueno. En una Liga tan larga, los equipos del medio se dejaban ir en las últimas jornadas y se adulteraba todo. Ahora, con este formato, esto no pasa.

¿Se dijo adiós al ascenso directo el pasado sábado?

Hombre, muchos piensan que el Lugo no nos coge y está a seis puntos. Ocho es más complicado y más con 8 de 24. Creo que si le hubiéramos ganado al Girona lo hubiera notado. Quedarse a cinco, con lo que vienen sufriendo ellos en las últimas temporadas, lo hubiera hecho más factible. No hay que descartar nada, pero vamos a ganar el domingo y pensar en el siguiente partido.

Si el Tenerife hubiera comenzado mejor, ¿estaría ahora a la altura de Levante y Girona?

No sabría responder. Es que damos por hecho que el equipo empezó mal porque sumó 1 de 9. Nunca se sabe. Empezando mejor igual vas a otra dinámica. Lo que sí tengo claro es que 42 jornadas te ponen en el lugar que te mereces. El Mirandés, en la séptima jornada, estaba en ascenso directo. Y ahora está en descenso. Lo importante es ser competitivo en cada partido y tener opciones de sumar siempre. El Tenerife es el segundo equipo con menos derrotas. Eso quiere decir que compite siempre.

El Tenerife de la segunda parte del sábado es el mejor ofensivamente de la categoría.

No me gusta hacer muchas comparaciones con otros equipos. La idea principal viene de no dejar salir al rival de ahí. Es la pérdida-presión continua. Cuando somos capaces, se convierte en un ataque constante. Pero cuando no finalizamos las jugadas o no recuperamos el balón y nos vemos obligados a recorrer 70 metros, eso provoca un esfuerzo físico que no permite tantas llegadas y ocasiones. Es una de las cosas que más orgullosos estamos de conseguir. No queremos permitir al contrario salir al contragolpe, sino que queremos que juegue en largo o pierda la pelota.

Tras esas primeras jornadas, ¿encontró la fórmula idónea con Amath como delantero?

Era lo lógico. Estuvimos toda la pretemporada trabajando movimientos ofensivos con gente muy rápida arriba. Por eso, empezamos con Omar Perdomo arriba. La idea no la debíamos cambiar porque nos había ido muy bien de esa manera. Juntando más gente por dentro, haciéndonos fuertes por dentro para dar libertad a los de arriba, nos ayudaba. La velocidad, para nosotros, es fundamental.

¿Cómo elige cada once?

Intentamos interpretar durante la semana lo que nos vamos a encontrar durante los partidos. Los que juegan son los futbolistas. Solo intentamos reflejar en los entrenamientos lo que creemos que puede pasar para que ellos agilicen la toma de decisiones. Por ejemplo, volver a los dos centrocampistas fijos, con Alberto y Vitolo, el día del Cádiz se debió a que el rival iba a golpear mucho en largo. Teníamos que hacernos fuertes en esa faceta.

En 34 jornadas ha iniciado los partidos con doble pivote en 22 de ellas y con "trivote" en 12. ¿Versatilidad o duda?

Alternativas. También hemos puesto dos delanteros y un rombo. Incluso, tenemos la variante de suprimir la banda izquierda y dársela entera a nuestro lateral (Camille). De esa forma, metemos un mediapunta y dos puntas porque así podemos sacar beneficio. Si el equipo tiene las cosas muy claras, todo sale mejor. Porque el fútbol depende de los futbolistas.

¿Alinear a Aitor como mediapunta es un giro conservador?

Entendíamos que con Aitor Sanz en esa posición íbamos a recuperar el balón más arriba. Con dos delanteros igual recuperas el balón más atrás. Además, con Aitor liberas de trabajo a los hombres de banda. Pero en función del rival siempre tenemos que elegir la mejor opción. No creo que juguemos así los ocho partidos que nos quedan. Lo más normal es que juguemos otros partidos con dos pivotes.

En cualquier caso, el fútbol va situando a cada jugador en su sitio. Por ejemplo, es difícil concebir ahora a un Tenerife sin Alberto.

El problema es que el partido de Alberto pasó ya. Ahora tiene que volver a demostrarlo en Soria. Y Aitor para nosotros es mediocentro, no es mediapunta. Y jugará en el medio centro porque es donde mejores prestaciones da. Eso que no le quepa duda a nadie. Todos lo vemos. Pero en momentos puntuales de la temporada buscamos eficacia. Y en función de los estados de forma también buscamos alternativas.

¿Se le trata de inculcar a los jugadores que disparen más?

Se les trata de pedir que finalicen. Pero como siempre les digo: en el campo deciden ellos. No les puedo decir cómo golpear un balón si tienen un contrario delante. Lo que les pido es que finalicen. Que tenemos que pisar el área con tres futbolistas, que el delantero tiene que ir al primer palo... Pero la fantasía no se la puedo quitar.

Cuando entra un jugador como Gaku, en el juego posicional se reduce el campo de juego y se pierde menos el balón. Así se atosiga más al rival.

También tiene que ver con el rival y la situación de partido. Incluso, con el acierto. Yo les digo que el error es humano. Que lo único que no pueden hacer es quedarse parados lamentándolo. La gente tiene que saber dónde y cuándo se tiene que mover. Y qué tiene que hacer. Gente como Aarón, Lozano, Suso... Se mueven muy bien por dentro. Pero Aitor también recibió donde y cuando debía. Luego estuvo desafortunado en el control. Pero lo leyó bien.

Esta temporada pocos tienen el cartel de titular. Usted ha alternado a los dos laterales izquierdos, a los cuatro centrales, a todo el centro del campo... Dani Hernández, Raúl Cámara y Amath son casi privilegiados.

Es muy probable que en estas ocho jornadas hagamos cinco o seis onces diferentes. Pero es por lo que me ofrecen los jugadores. Es que hacer un gran partido no te garantiza seguir en el equipo. Igual el partido siguiente aconseja poner un jugador distinto.

Lo del once de carrerilla pasó a mejor vida...

Eso ha cambiado mucho. Un once que se repite da mayor complicidad. Pero en este grupo manejamos esas situaciones para que los jugadores estén todos con todos y en distintas posiciones. Nos llena de orgullo que entre un jugador, salga otro y no se note. Eso da tranquilidad al elegir.

Hablemos de los fichajes de invierno. ¿Qué espera de ellos?

Tyronne nos da muchas variantes, Gaku el otro día lo hizo muy buen y Rachid ha tenido pocos minutos para que se vea el perfil de jugador que es. Sobre todo con el balón, con su capacidad para superar líneas. Los que estaban ya nos ha traído hasta aquí y ellos se han sumado perfectamente para ayudar.

En el caso concreto de Gaku Shibasaki, su calidad no parece en duda. ¿Pero va en el camino de entender la Segunda? ¿Le veremos pronto como titular?

Seguramente le veremos. Pero el ritmo de competitividad es diferente en esta Segunda. Él nos va a dar mucha clarividencia, mucho último pase y vamos a intentar meterle cada vez que podamos. Pero la competencia es la que es. Tenemos a muchos jugadores en esa posición. En función de cada partido y de cada entrenamiento vamos a elegir a los mejores.

A Vallecas no fueron Choco y Omar, contra el Girona se quedaron fuera Germán y Cristo González...

Germán no tardará en ser titular, porque se lo ha ganado y porque nos ha demostrado una gran valía en cada momento. Es muy probable que, en las jornadas que nos quedan, haya jugadores que hayan tenido la suerte de jugar muchos partidos y se queden fuera. Me toca gestionarlo para que el que se quede fuera no baje los brazos.

¿Qué le está faltando a Cristo?

Lo que le pasa es que tiene competencia. Cristo estuvo en Vallecas, pero Antony (Lozano) no entró en la lista. Contra el Girona fue al revés. Decido en función del tipo de partido. Él está en un proceso de maduración: a unos les llega antes y a otros, después. La cuestión es no bajar los brazos.

¿En los tiempos de canterano de Martí se tardaba siete meses en renovar un contrato?

En mis tiempos, los clubes no se portaban tan bien. A mí me retuvieron por derechos de formación y no me dejaron marcharme. Me quitaron la ficha sin avisar. Es lo que hicieron conmigo en el Mallorca. Ahora los clubes son muy comprensivos con los futbolistas y quieren darles contratos profesionales. Se trabaja para que estén felices y rindan mejor. No sé hasta qué punto es mejor lo de ahora o lo de antes. Cristo tiene contrato hasta 2018. Le queda un año. Si no quiere renovar, es una decisión personal. Lo que quiero es que entrene como está entrenando.

¿Tiene la impresión de que no quiere renovar?

No lo sé. No quiero meterme en aspectos personales. El jugador tiene que decidir según lo que considere que es mejor para él y no dejarse llevar ni por el entrenador, ni por el club, ni por representantes, ni por nada por el estilo.

Los futbolistas sitúan en el vestuario la clave de esta temporada. ¿Es para tanto?

Hay una calidad humana tremenda. Siempre les digo que lo que hay de la puerta hacia dentro, es de ellos. El entrenador no tiene que pasar de esa puerta. Lo que tienen que hacer ahí es ser amigos y compañeros, y respetarse.

¿Le recuerda a lo que vivió en el ascenso de 2001?

Era diferente. Creo que en aquel momento había más grupos. Pero no es lo mismo estar dentro que fuera del vestuario. En aquella temporada formamos un grupo extraordinario y todo salió muy bien. Pero dentro de la plantilla había subgrupos. Era otro perfil de jugadores, aunque no hubo ningún inconveniente.

¿Qué supondría para usted el ascenso a Primera?

¿Qué te digo? No sé qué decir. Lo que diga será poco. A todos se nos pone la piel de gallina cuando lo pensamos. Imagínense cómo será para alguien que, teóricamente, es responsable de ello. Es para coger las cosas, marcharme para casa y no entrenar más. Piensen lo que significaría para los aficionados o la prensa e imaginen lo que sería para los que están dentro. Pero lo único que valoraría sería cómo se sentirían los jugadores, más que ver cómo me sentiría yo. Desde mi punto de vista, si alguien merece conseguir algo tan bonito, y no quiero pronunciar la palabra porque trae mala suerte, son los jugadores. Algunos llevan sufriendo mucho tiempo aquí. Si se produce el ascenso, será por los chicos.

¿Cambiará en algo su perspectiva sobre la continuidad en el club el hecho de ascender?

No lo quiero ni pensar. Cuando se habla de renovaciones, sobre todo en el caso del entrenador, luego viene un mal resultado, y nunca sabes por qué pasa. Por eso no me gusta darle más vueltas a eso, sino esperar, dejar que las cosas sigan así, que van muy bien. ¿Para qué cambiarlas? Lo más normal es que sea el hombre más feliz del mundo aquí. ¿Cómo voy a cambiar? Ahora bien, que vaya a estar o no, no lo sé. Por supuesto, sería lo que más me enorgullecería.

¿Ha pensado en el día después de lograrlo o no lograrlo?

No. Sinceramente. Ni lo he soñado. Sería erróneo. Soy de los que piensan que los sueños hay que vivirlos, más que conseguirlos. Es tan bonito vivir el día a día, todas las sensaciones que se producen, los nervios, el temor... Hay que vivirlo. Cuando consigues algo con sufrimiento, lo valoras más. Pero es verdad que he pensado en conseguir o no el "playoff". Y no quiero pensar en la segunda opción porque los jugadores no lo merecen, y sé que van a pelear por ello y que lo van a conseguir.

Lo de empezar de cero en Segunda sería muy duro.

Mucho. Repercute en el aspecto mental del futbolista, y para ello el entrenador tiene que trabajar y analizar las cosas manejando al grupo. Porque a los jugadores hay que apretarles las tuercas de manera diferente: a unos con refuerzos positivos, a otros con refuerzos más negativos, a unos corrigiéndoles y a otros incluso criticándoles. Es más conocer a la persona que al futbolista.

Fue famoso el comentario de Simeone de la final de la Champions en el que dejó en duda su continuidad. Después explicó que fue porque en aquel momento dudó si iba a ser capaz de renovar el mensaje.

Por eso digo muchas veces que mi continuidad dependerá mucho de eso. Las decisiones van en función de lo que es mejor para el club y para los jugadores, y también para mí; no voy a decir que solo pienso en los demás y no en mí.

¿La superstición tiene que ver con que no haya solucionado ya su continuidad en el club?

Sí. ¿Para qué voy a mentir? No me gusta hablar de eso, porque si lo hago creeré que todo lo negativo que pueda venir después será por ese motivo. Y no es lo mejor, aunque no tenga nada que ver. Todos los fines de semana nos ponemos los mismos calcetines y los mismos calzoncillos para los partidos, y salen victorias, empates y derrotas. Las supersticiones no van a ningún sitio, pero hacer esas cosas me deja más tranquilo. Ya tengo los calcetines con agujeros, pero me los sigo poniendo. Me da una mayor seguridad, sabiendo que no va a repercutir en el resultado.

Entonces, ¿se anunciará a final de temporada?

No lo sé. El cuerpo me pide ahora esperar, pero a lo mejor dentro de dos semanas... Mis acuerdos siempre los firmé (fichajes con el Tenerife y el Sevilla) el 28 de abril, el día de mi cumpleaños. Como eso me ha dado tan buenas situaciones, a lo mejor de aquí a ese momento cambio de opinión. Pero no lo sé. Lo que sí sé es que no quiero distraerme distraer ni a los jugadores, ni a los aficionados, ni a los medios de comunicación con este aspecto.

¿Lo ha llamado algún equipo?

No.

¿Y si le llamara el Sevilla, donde no está clara la continuidad de Jorge Sampaoli?

No estoy preparado para eso. Ni me lo planteo. A ver, si te llama el Sevilla y te dice que te quiere fichar... Pero hay que ser realista, eso es inviable. Si me llamaran, tendré que hablar con el club a ver qué posibilidades hay y, a partir de ahí, decidir.

¿Su continuidad va atada a la de Alfonso Serrano?

Estoy encantadísimo con él. Apostó por mí y todas las peticiones que le he hecho en cuanto a tipos de jugadores y opciones, las hemos compartido. Mi opinión se ha valorado al cien por cien y espero que, si sigo aquí, él también lo haga.

Va camino de alcanzar a José Luis Oltra en el número de partidos como entrenador del Tenerife.

Será bastante complicado. Pero si lo consiguiera, sería una noticia extraordinaria para mí y más para el tinerfeñismo y para el club, porque eso significaría que los resultados serían positivos. Partiendo de esa base, ojalá pase.

¿Es una conquista ver el estadio lleno?

Es un orgullo personal, tal vez. Pero no es algo que haya conseguido el entrenador. Soy una parte de un grupo de futbolistas que verdaderamente trabajan, corren, pelean, entienden el fútbol... Los que han provocado que el ambiente sea extraordinario, son los jugadores.

¿Se nota en algo la reactivación del tinerfeñismo?

Debo reconocer que desde mi llegada he notado un cariño muy especial. Mucha gente nos agradece lo que hacemos. A medida que pasan las fechas, se percibe más. Hay un mensaje positivo de la gente.

¿Quién será el futuro Martí?

Está claro que Aitor será entrenador. Ve muy bien el fútbol. Pero a veces no lo sabes. Germán lee el fútbol muy bien. Carlos entiende el juego en sí. Y pienso que Aarón querrá dar el paso. La cuestión es saber si tienes vocación o no, porque hay casos de futbolistas que les encanta su profesión y cuando se retiran, prefieren cambiar de vida.