El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, dijo hoy que el Gobierno no considera que se den las condiciones para una nacionalización de la aerolínea Alitalia, inmersa en problemas financieros que la sitúan al borde de la quiebra.

"Sobre la cuestión de Alitalia hay que decir la verdad, yo ya la dije antes y lo digo también ahora: no se dan las condiciones para una nacionalización", declaró el primer ministro durante una visita a una empresa en el sur del país.

Gentiloni agregó: "No puedo callar la preocupación por lo que está sucediendo en Alitalia", cuyos trabajadores rechazaron el lunes mayoritariamente un preacuerdo alcanzado por la dirección y los sindicatos para sanear las cuentas de la compañía.

El primer ministro añadió en relación con la aerolínea que sería preciso estar en condiciones de estar en el mercado para competir".

"Por mi parte hubo desilusión por el hecho de que no se haya aprovechado la oportunidad del acuerdo entre empresa y sindicatos", afirmó.

Las declaraciones del primer ministro se conocen la víspera de la celebración de una asamblea de accionistas de Alitalia, aunque las posibles decisiones sobre una "administración extraordinaria" de la aerolínea se tomarán probablemente el 2 de mayo en una segunda convocatoria.

Ya antes de Gentiloni el ministro de Transportes italiano, Graziano Delrio, explicó en una entrevista publicada hoy en el diario "La Stampa": "Si alguien piensa que se producirá un nuevo rescate público, se lo digo claramente: No lo habrá".

Tras el rechazo por parte de los trabajadores de la aerolínea al acuerdo del nuevo plan industrial, que preveía una recapitalización de hasta 2.000 millones, Alitalia comunicó ayer que iniciaba el procedimiento previsto por la ley en estos casos.

Eso podría significar tener que pedir al Estado que nombre un comisario para gestionar la situación en la que se encuentra la compañía aérea.

Actualmente Alitalia está controlada por la compañía emiratí Etihad y por Midco, una sociedad de cartera que posee el 51 % de sus acciones, que están en manos fundamentalmente de los bancos Intesa Sanpaolo y Unicredit, pero también de otras empresas.

Aunque el Gobierno italiano ha reiterado que no habrá más ayudas de Estado para Alitalia, se enfrenta al problema de gestionar el futuro de los 12.500 trabajadores de la empresa y a cómo garantizar el mantenimiento de las conexiones aéreas del país si quiebra la aerolínea.