Aquella frase del más difícil todavía se coló ayer por la tarde en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. La puesta de largo de "Los cuentos de Hoffmann", el clásico operístico de Jaques Offenbach, creó un universo de fantasía en el que la música se enredó en una explosión de formas y colores concentrada en el vestuario desarrollado por el artista local Leo Martínez, uno de los responsables visuales de un espectáculo cuya escenografía planificó Raúl Vázquez.

Rubén Díez se puso al frente de la Orquesta Sinfónica de Tenerife para dar forma a un repertorio que tuvo un efecto camaleónico para adaptarse al nivel de una audiencia familia, una clientela en la que había mucha "chiquillada" experimentando su primer contacto con el género de la ópera. Hoy, a partir de las 12:00 horas, en el mismo espacio se cierra una aventura tremendamente pedagógica.

Esta versión de "Los cuentos de Hoffman" destila ilusión y juventud en un equilibrio casi perfecto: la curiosidad del que desea experimentar sensaciones nuevas y la juventud que atesora un reparto encabezado por el costarricente David Astorga (Hoffmann), Guiomar Cantó (Antonia y Giulietta), Inés Ballesteros (Olympia), Beatriz Lanza (Nicklausse), Néstor Galván (Spalanzani/Pitichinaccio/ Crespel), Javier Povedano (Lindorf /Coppélius/Dapertutto/Dr. Miracle). ¡Pasen y vean, el circo ha llegado a la ciudad!