El sector de las renovables comienza a moverse en las Islas tras un largo periodo de marasmo. Sin embargo, el presidente de la Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER), Enrique Rodríguez de Azero, alerta de las trabas que aún impone la normativa a una actividad que, está convencido, "es imparable".

¿De verdad ha llegado ya el momento de las renovables en Canarias?

España y Canarias todavía están lejos de ese momento. Este sector está regulado por una normativa nacional que es demasiado compleja y genera inseguridad jurídica. En el resto del mundo el sector ha llegado para quedarse y camina a un ritmo aceleradísimo. Estamos viendo datos absolutamente impresionantes, con 500.000 megavatios (MW) instalados de eólica y una fotovoltaica que crece en torno a 70.000 al año. Estamos a la espera de que tanto Canarias como España apuesten firmemente y podamos empezar a instalar más potencia.

¿Por qué no se ha hecho hasta ahora?

Hay varias razones. Está la normativa del Ministerio, que además no tiene en cuenta las singularidades de Canarias. Es verdad que se han hecho algunas cosas, como el cupo eólico de 450 MW, que va a incorporar algo de potencia renovable al mix energético canario. Ahora estamos en el 8% de cobertura de demanda con renovables, y si se instalase el 100% del cupo llegaríamos al 22%, pero lamentablemente no va a cubrirse todo. Esperemos llegar a la mitad y que la cobertura con renovables alcance el 15%.

¿Por qué no se cubrirá todo el cupo?

Hay aspectos que hacen que los proyectos tengan dificultades, a pesar del esfuerzo que ha hecho el Gobierno canario para incorporar el máximo de potencia. Algunos proyectos tienen afecciones aeronáuticas. Muchísimos megavatios en Gran Canaria no van a poderse desarrollar. Otros dependen de infraestructuras de evacuación que no están claras. Los financiadores pueden ver un riesgo excesivamente alto y seguramente no se llegará al plazo, que es el 31 de diciembre de 2018. Algún proyecto tendrá problemas de impacto ambiental y otros encontrarán obstáculos de otro tipo relacionados con el suelo... Si llegamos a 200 o 220 MW, será una buena cifra.

¿Tienen noticias del nuevo cupo, comprometido por el Ministerio y que el Gobierno canario anunció que se convocaría en el primer cuatrimestre del año?

No sabemos cuándo va a ser, pero sí que lo quieren hacer cuanto antes, entre otras cosas porque el objetivo de incorporar esta potencia al sistema es conseguir cumplir con la directiva europea 20-20-20 (reducción del 20% de las emisiones, obtención del 20% de le energía de renovables y disminución del consumo energético en un 20%), que al ritmo actual no vamos a cumplir, por lo que España corre el riesgo de ser sancionada de forma importante.

En ese cupo se va a incluir potencia fotovoltaica, a diferencia del anterior. ¿Por qué esta fuente de generación parece haberse estancado en las Islas?

La inseguridad jurídica y el freno normativo del Ministerio han paralizado tanto la eólica como la fotovoltaica; prácticamente no hay proyectos nuevos. Se están poniendo en cuestión infraestructuras, como las líneas de alta tensión de Fuerteventura, Lanzarote y Arico. Todos estamos de acuerdo en que, si es posible, es mejor que no pase una línea, pero hoy por hoy no tenemos otro sistema, sobre todo una vez que los proyectos ya se han tramitado y tienen todos los beneplácitos de la Administración para que sean ejecutados. Necesitamos esas infraestructuras para poder evacuar, tanto para las renovables como, en el caso de Tenerife, para que los problemas de incremento de demanda no generen tensión en la red.

¿Puede suponer un freno para las renovables el retraso en la ejecución de infraestructuras de almacenamiento como las centrales hidroeléctricas reversibles?

No necesariamente. Todavía la penetración es escasa y aún hay margen. También se empiezan a vislumbrar posibilidades novedosas y ya muy viables, como el almacenamiento con baterías, que son fáciles de instalar. El agua es muy buena idea para usarla como almacenamiento, por supuesto, y con las necesidades hídricas que tiene nuestra tierra nunca viene mal, pero no creo que no tener un proyecto sea ahora la preocupación principal.

¿Cuándo estaremos en disposición de alcanzar en Canarias el 100% de renovables?

Debe haber planificación. Sin ella no somos capaces de lograrlo. Lo importante es marcar el objetivo y trabajar para llegar a él. Sin almacenamiento es inviable un 100% de renovables para ahora mismo. Pero lo que sí es evidente, y el mundo ya tiene suficientes ejemplos que lo demuestran, es que ese objetivo está cerca. Las administraciones deben ponerse a la cabeza con unas normas que lo permitan y una planificación que lo logre cuanto antes.

¿El gas natural puede retrasar el objetivo?

Si se usa para suministrar los ciclos combinados, el gas natural tiene un hueco, porque la alternativa es usar, como hasta ahora, un combustible más contaminante y más caro. Demonizar el gas porque suena a viejo no tiene sentido. Ahora bien, si se hacen inversiones exageradas en el gas estaríamos obligados a amortizarlas y eso podría no dejar hueco a otras tecnologías limpias. Lo lógico es que el gas natural sea una energía de transición.

¿Y cree que se está haciendo con esa idea?

No hemos visto nuevos documentos del plan energético de Canarias y desconocemos si hay algún otro tipo de idea en cuanto a esta dimensión del gas, pero entendemos que se está trabajando para lograr el 100% de renovables y que el gas es claramente una energía de transición. Así lo dice el Gobierno. Debemos creerlo y exigir que así sea.

¿Cómo está funcionando el autoconsumo en Canarias?

Se están haciendo cosas. Tenemos un real decreto que lo regula. Hay cosas equivocadas en él; por ejemplo, que una comunidad de propietarios no pueda ejecutar un proyecto. Hay un exceso de petición de informes desde el punto de vista burocrático. El autoconsumo es cada vez más sistemas que consisten en enchufarlos y poco más. No es nada complejo. Es como colocar una nevera en tu cocina. El señor que instala unas placas en su tejado no es un productor de energía ni se le debe tratar como tal, solo alguien que está intentado ahorrar y que tiene una conciencia medioambiental, de la misma manera que el que tiene diez naranjos en su jardín no es un agricultor. Pagar un impuesto por almacenar energía va en sentido contrario a lo que está sucediendo en el mundo. Es un error que debe corregirse inmediatamente. Pero también quiero destacar que hoy es posible hacer autoconsumo.

En Canarias no hay impuesto al sol.

Es cierto, aunque nos gustaría que estuviera en una disposición permanente, para que no nos cambien las reglas del juego. Hay muchos profesionales capacitados para instalar este tipo de plantas en tu casa y ahorrar dinero y hacer la sociedad mejor. En trámite hay en torno a un megavatio, y ya instalándose, casi dos. Son cifras que no están nada mal; en el resto de España las cantidades están siendo muy inferiores. Los costes han descendido de forma escandalosa en los últimos años y lo siguen haciendo. El autoconsumo debe convertirse en un motor social y generar empleo y riqueza. Pero para eso es necesario modificar la norma actual.

¿Es el autoconsumo una tecnología para rentas altas, dado que precisa de viviendas con superficie para instalar las plantas?

En absoluto. Es más, la solución para las rentas bajas no es tanto subvencionar la tarifa como ofrecerles la posibilidad de instalar autoconsumo con un coste mínimo. Una vez que amortizas la planta, esa familia va a tener energía prácticamente gratis, porque no vamos a permitir que haya ningún impuesto al sol y porque los costes de mantenimiento son mínimos. El autoconsumo es la mejor caña de pescar que ofrecer a un pueblo. Lo otro solo es mantenerte enchufado a una especie de tendencia a la subvencionitis que no tiene sentido.

Hay unos 78 kilómetros de cubiertas en Canarias aptas para instalar placas fotovoltaicas. ¿Qué hay que hacer para ponerlos en uso?

La norma prohíbe que las comunidades de propietarios lo puedan hacer. Eso hay que cambiarlo, porque sería una forma de aligerar la factura de la luz.

¿Parece dispuesto el Gobierno central a cambiar la norma?

La percepción del sector es que no. El Ministerio no está siendo suficientemente visionario para entender los cambios que se están produciendo. Somos los primeros que creemos que hace falta una regulación, pero esta no puede ser un freno ni generar inseguridad, sino dar las condiciones para que las tecnologías compitan en igualdad. Las que aportan soluciones a la sociedad son las que van a ganar. Estamos viendo cuáles están ganando en el resto del mundo; lamentablemente, en España ocurre al revés.

Ya ha habido alguna decisión de tribunales internacionales.

El Tribunal Supremo no dio la razón a los inversores españoles cuando denunciaron el cambio completo del marco regulatorio que supuso la norma del ministro Soria. Preveíamos que en los tribunales internacionales de arbitraje la situación podía ser diferente. Ya ha llegado el primer fallo favorable al demandante, que ha concluido que se han vulnerado todos los derechos de los inversores. Es el primer caso, pero hay en torno a 30 más abiertos. Somos el campeón indiscutible, por delante de cualquier otro país -Argentina, Venezuela, Tanzania, el que usted quiera-, en casos abiertos por incumplimiento del tratado de la energía.

¿Cuál es el perfil del inversor en renovables en Canarias? ¿Está el mercado en pocas manos?

No, justamente lo contrario. El mayor éxito que ha tenido el cupo específico para Canarias ha sido la diversificación económica y empresarial. Son 49 proyectos y 33 empresas, con lo que eso significa en dinamización económica, directa e indirecta: consultoras medioambientales, grúas, estudios de ingeniería... Va a ser muy difícil que eso se dé en otro sistema que no sea el de cupo. De hecho, hemos visto en las subastas nacionales que al final se le adjudicó prácticamente a una sola empresa.

Se habla de que viene una subasta.

En Canarias las subastas no tienen mucho sentido. Las infraestructuras de evacuación están casi todas copadas por gente que está tramitando, al igual que el alquiler de los terrenos. Lo lógico es que los promotores tengan vocación de permanencia, ya estén tramitando y sobre todo, tengan los proyectos avanzados. Una subasta en Canarias debería parecerse más a un cupo. Si no es así, sucederá que pujarán, pero no tendrán capacidad de ejecutar los proyectos. Los costes en las Islas son superiores; hay que traer las máquinas, no hay grúas de ese tamaño... Hay tantas peculiaridades y es un mercado tan pequeño que no tiene sentido poner la variable precio como única importante. No hay que exprimir tanto el sistema que lo que parecía un éxito se convierta en un fracaso porque no se instalen. Eso ya sucedió con el concurso público y hemos tardado casi 20 años en volver a tener, con el cupo, un poquito más de potencia eólica.

¿Cuánto puede reducir la factura eléctrica una penetración importante de las renovables?

La factura eléctrica en Canarias está igualada al resto del territorio, cuando aquí los costes de producir energía son superiores. Tiene un precio mejor del que tendría si no tuviésemos el Régimen Económico y Fiscal; el REF no es una cosa para cuatro empresas: nos beneficia a todos. Es verdad que la tarifa está siendo cara en los últimos tiempos, y se está incrementando, pero no por culpa de las renovables. La renovable abarata el precio, aunque interesadamente se diga lo contrario. En los momentos en que hay agua, vierto y sol, el precio del mercado disminuye considerablemente. Al final, las renovables, que pueden bajar los precios, compiten y ganan. La renovable supone poco más que la inversión y un mantenimiento mínimo, además de la amortización de la inversión, pero de resto no tienes que gastar más, no tienes que comprar combustible... En la medida que en Canarias podamos introducir renovables y reducir los costes extrapensinsulares, el sistema eléctrico español -en el que nos interesa estar, porque gracias al REF pagamos menos- será más barato.

En Arico, colaboración con el municipio

La Asociación Canaria de Energías Renovables (ACER) se desmarca de la actuación del promotor que, pese a la oposición del Ayuntamiento de Arico, ha optado por instalar un parque eólico en la zona del municipio que se encuentra por debajo de la autopista. El presidente del colectivo recuerda que esta iniciativa -actualmente paralizada- no corresponde a ninguno de sus asociados y defiende el sector "es consecuente" y asume las peticiones del consistorio cuando son "razonables". De hecho, Enrique Rodríguez de Azero recuerda que un asociado de ACER renunció a ejecutar su proyecto en dicha zona y buscó otro emplazamiento.

La geotermia, una oportunidad difícil

"Sería una magnífica noticia que pudiéramos incorporar algunos megavatios de energía geotérmica", afirma el presidente de ACER que, sin embargo, advierte de las dificultades que entrañan estos proyectos. Las catas para sondear si este recurso está presente en el subsuelo son "enormemente caras y arriesgadas", lo que -unido a la complejidad que entrañan los trámites medioambientales y administrativos- ha terminado por desanimar a "alguna empresa que se ha acercado a Tenerife" con la intención de explotar esta fuente de generación energética.

El coche eléctrico es cuestión de poco tiempo

Enrique Rodríguez de Azero está convencido de que "no va a pasar mucho tiempo" hasta que el coche eléctrico se convierta en una figura habitual del paisaje del Archipiélago. "Está demostrando claramente que ha llegado para quedarse", dice. Para el empresario, Canarias -con sus cortas distancias- es el lugar del país donde más sentido tiene este vehículo, que cada vez cuenta con más autonomía de funcionamiento. Por ello, apuesta por "incorporar cuanto antes el máximo posible de puntos de carga para dar seguridad al usuario".

Pros y contras de la Ley del Suelo

El proyecto de Ley del Suelo constituye "una buena idea para dinamizar los sectores económicos y facilitar determinadas infraestructuras que hacen falta y que ahora obligan a un trámite imposible, como las agrícolas". Sin embargo, Rodríguez de Azero recela de la amplia autonomía que la futura norma concede a los ayuntamientos en materia de planeamiento. "Lo que está sucediendo en determinados municipios con las líneas de evacuación es un riesgo inasumible. Pedimos que en materia territorial y de planeamiento haya una vía que no se limite al alcalde de turno".