Daniel Hernández Santos (Caracas, 21/10/1985) ya sabe lo que es jugar un "playoff" y ascender a Primera División. Lo consiguió con el Valladolid en la temporada 11/12. Por eso, se toma con filosofía lo que está por venir. Ni se entretiene en el mal trago de Huesca ni va más allá. "La gente puede soñar con el ascenso. A nosotros nos toca trabajar para hacerlo realidad", defiende.

¿Qué sensaciones le dejó el empate de Huesca?

El partido pasó y se sumó un punto. Dio rabia perder dos, pero nos quedan cuatro jornadas y no podemos estar lamentándonos.

Se quejó usted del árbitro.

Para mí no es penalti. Pero el que interpreta es el árbitro y nos tocó recibir el penalti en contra. Óliver (De la Fuente Ramos) lo vio así. Tenemos un par de colegiados con los que nos cuesta ganar. Esperemos lograrlo si nos tocan en el día más importante.

¿En qué falló el Tenerife? ¿Es clave ese gol a balón parado?

Hay un buen golpeo y un buen rematador. Se dio la mala suerte de que le cayó el rechace al delantero y acabó en gol. Se saca mucha rentabilidad de estas jugadas, a pesar de lo que nos conocemos los equipos. Esperamos enganchar una racha buena.

¿Se escapó la clasificación virtual para el "playoff?

No pienso en esas cosas. Sí en que fue una lástima porque estuvimos cerca de ganar a un rival directo. Era un día importante. Pero ahora tenemos una nueva oportunidad ante el mejor equipo de la categoría.

Tiene que pesar más lo que se juega el Tenerife.

Está claro que ellos no van a venir de vacaciones. Tienen sus propios objetivos. Querrán ser campeones, ser el equipo menos goleado y tener al máximo goleador. Pero nosotros tenemos un reto importante y, con el apoyo de nuestra gente, esperamos conseguir la victoria.

¿Hace cuentas?

Las cuentas no van más allá de este fin de semana. Hay que sumar tres puntos ante el Levante e ir día a día.

¿Cómo ve a los demás?

Ahora no hay calendarios fáciles y todos los partidos son complicados. En las últimas jornadas le cuesta mucho ganar a todos los equipos. Está todo muy igualado. Los de abajo se juegan la vida. Sumar tres puntos te da un impulso importante.

¿Y al Tenerife? Lo digo por las últimas lesiones.

En este momento, el equipo ya acumula mucho trabajo en las piernas. Pero llegaremos con el cuchillo entre los dientes al partido (de mañana).

Y si no, hay banquillo.

Se ha fichado muy bien, tanto en verano como en enero. Tenemos muchos recursos, muchas variantes y creo que eso es bueno para el míster. Puede elegir lo que en cada momento sea mejor para ganar.

Hay quien defiende que es malo no tener un once definido.

Una de las mejores cosas de este Tenerife es el grupo. Todo el mundo está muy implicado. El que entra está igual o mejor que el que venía jugando. Incluso se aporta desde el banquillo. En Tarragona fueron nuestros suplentes los que avisaron de las espinilleras del jugador del Nástic, que acabó siendo expulsado.

¿Se parece algo esta temporada a la de su anterior experiencia en un "playoff" con el Valladolid?

No tienen nada que ver. En Valladolid teníamos el cartel de favorito desde la primera jornada y fue un año complicado. Llegamos a estar seis o siete meses sin cobrar porque el club justo se metió en Concursal. Hubo momentos en los que el día a día se hizo complicado. La exigencia era alta. Aquí es otra presión. También alta, pero muy bonita. Luchar por un ascenso es lo máximo a lo que puede aspirar un jugador de clase media. Estar en Primera o clasificar en Europa ya es más difícil y ganar títulos son palabras mayores.

¿Cómo fue aquel ascenso?

Esas dos semanas se hacen eternas. Quieres acabar y acabar bien. Es partido, descanso, partido, descanso, partido. Pero si acabas ascendiendo todo vale. A mí, el sistema me parece acertado porque todo el mundo se está jugando algo. Menos me gusta que la Primera acabe ya y a nosotros nos quede un mes y medio de competición si llegamos hasta el final del "playoff". Si tienes la suerte de subir, irás con déficit. Los rivales tendrán dos meses de vacaciones y nosotros, diez días. Pero ojalá tengamos ese problema.

Anda que si es para volver a estar en Segunda.

Calla, eso sí sería duro.

Al menos ya es un premio vivir esta posibilidad y este ambiente.

Cuando llegué, era todo muy duro. En mi primer partido había pitadas antes de jugar. Los que llevamos más tiempo lo disfrutamos, pero también somos conscientes del trabajo que ha costado. El club se ha acercado ahora más a la gente y se respira un ambiente mucho mejor.