Clavijo llegó sin corbata. Rodeado de dos consejeras, Rosa Dávila y Nieves (Lady) Barreto, que no se pierde una. La agenda: a las ocho ya estaba hablando del Fdcan, después con empresarios y antes del mediodía se encontraba metido en un barrio de toda la vida: Benahoare. Por el medio, apuntó en la libreta las necesidades de la capital, trasladadas por los grupos municipales. Si lo anotó todo tendrá lectura para el fin de semana.

El encuentro sobre el Fondo de Desarrollo de Canarias fue en el Cabildo. Allí se desplazaron todos los alcaldes. Rosa Dávila se rodeó de su equipo en Hacienda, incluyendo a la interventora y la secretaria general técnica, para aclarar dudas y "que los fondos se apliquen adecuadamente". El Fdcan tampoco genera ya demasiada controversia, aunque Noelia García, alcaldesa de Los Llanos de Aridane, aprovechó la ocasión para cuestionar algunas formas de actuar de la institución insular en esta materia. Sí, la regidora mete su alegato al mínimo resquicio que encuentra para marcar diferencias con el Cabildo. En su línea.

El mensaje de Clavijo sobre el Fdcan tampoco fue novedoso: "Es una oportunidad para dar un giro de 180 grados a La Palma tras la dura crisis". En realidad (y aunque nunca lo dirá) sabe que una parte de los fondos se irán para arreglar aceras y para otros proyectos localistas, incluso electoralistas, que han sido "colados" y que nada tienen que ver con buscar un nuevo modelo económico. El presidente insular, Anselmo Pestana, se mantuvo en el guion, destacando el "buen momento" económico que está viviendo la Isla, con "más ingresos en unas administraciones más saneadas". La renta familiar dice otra cosa. Muy distinta.

Tras verse con los empresarios, el presidente canario se fue al ayuntamiento de la capital. Allí le esperaba la corporación. Bueno, "la mitad". Del PP, por ejemplo, solo estaba Gonzalo Pérez y Maite Pulido, aunque Pulido, para qué engañarse, ya es más de CC que popular. Antona le señaló hace tiempo el camino de salida y ella busca sombra nueva. El centro de salud, la ambulancia (que estará para el verano), el equipamiento de la nueva playa, el paseo o la rehabilitación de Benahoare fueron algunos de los temas analizados.

Clavijo llegó a la playa. Barreto, junto a él. Dávila, también cerca. Sergio Matos hablaba con el presidente. Un viandante preguntó: "Cuántas inauguraciones se van a hacer de la playa". No, no era eso. El presidente certificó el compromiso de su ejecutivo con el paseo. Señaló que serían "unos 500.000 0 600.000 euros", que se gastarán en mejorar la acera de la avenida más pegada al mar desde la avenida de El Puente hasta la altura del funeraria. Parece mucho dinero, pero en el fondo es un lavado de cara. Pavimento, luminarias y arreglar el muro.

Ya quedará para más tarde, quizás para dentro 2 o 3 años, un proyecto más integral donde se definirá cómo quedará realmente la avenida, incluyendo los carriles para el tráfico y aparcamientos. Matos y Clavijo defendieron la buena sintonía que existe entre ambas administraciones, aunque dejando caer que siempre, al menos durante la pasada legislatura, no ha sido así.

La ruta del presidente, que el jueves había participado en un acto en el centro de visitantes de la Caldera e incluso lo llevaron a Barlovento a dar una charla, acabó en Benahoare. Un barrio por excelencia. Las viviendas se entregaron por el mundial de España. En aquellas fechas Argentina luchaba por recuperar las Malvinas, nombre con que popularmente se conoce este enclave. Sí, las edificaciones se han hecho mayores.

Clavijo recorrió algunas plazas, vio edificios, comprobó escaleras... y se comprometió con la rehabilitación del barrio, de forma que se encuentre "una solución de consenso que satisfaga, sobre todo, a los vecinos y que se pueda poner en marcha cuanto antes". De eso, la gente de Nueva Canarias le puede explicar. Fue pionera en pedirlo.