La migración laboral se encuentra al alza en Canarias. Así se desprende del último informe que sobre esta materia elabora el Observatorio Canario de Empleo (Obecan), que constata que en 2016 creció tanto la movilidad entre islas por motivos de trabajo como entre comunidades autónomas y la procedente del extranjero.

El estudio cifra en 31.510 el número de personas que se mudó de isla para acceder a un empleo, frente a las 26.961 del año anterior. En cuanto a los trabajadores provenientes de otras regiones del país, fueron 22.601, mientras que en 2015 habían sido unos 4.000 menos (18.579). Finalmente, la inmigración laboral desde otros países estuvo protagonizada por 118.345 personas, cuando en el año precedente habían sido 104.059.

Las islas capitalinas funcionan como los principales polos de atracción para el resto de habitantes del Archipiélago, seguidas por Lanzarote y Fuerteventura, territorios muy volcados hacia la actividad turística, que es la que está centrando el incremento de puestos de trabajo en los últimos años. Sin embargo, las islas más orientales aún tienen saldo de inmigración negativo -expulsan más población trabajadora de la que reciben-, una situación que no se daba en los momentos anteriores a la crisis. La tendencia no ha cambiado en La Palma, La Gomera y El Hierro, que, como entonces, presentan saldo negativo.

Los servicios son el destino de seis de cada diez trabajadores que migran entre islas por motivos laborales, seguidos por la hostelería y el comercio (ambos con un 14%) y la construcción (7,7%).

La hostelería es, en cambio, la ocupación principal de los extranjeros que llegan a Canarias para trabajar. Casi un 55% de los contratos que firman los foráneos corresponde a ese sector, una proporción que prácticamente no ha variado en relación a 2015. Dos de cada diez empleos hosteleros están ocupados por extranjeros.

En cuanto a los desplazamientos desde otras comunidades autónomas, la mayoría se dirige hacia las dos capitales de la Comunidad Autónoma -casi 8.200 contratos: 4.141 en Las Palmas de Gran Canaria y 4.036 en Santa Cruz de Tenerife-, seguidas a bastante distancia de algunos municipios turísticos; el primero, Yaiza, con 1.617 contratos.

el dato

Saldo negativo. Las islas no capitalinas expulsan más población laboral de la que reciben, una situación que no ha variado desde el inicio de la crisis en La Palma, La Gomera y El Hierro, pero sí en Fuerteventura y Lanzarote, que en 2007 registraban un saldo positivo, según el informe sobre migración laboral del Observatorio Canario de Empleo.

El informe sobre migración laboral del Observatorio Canario de Empleo (Obecan) correspondiente a 2016 constata el peso que ha adquirido Italia en el flujo de inmigración hacia las Islas. Los italianos fueron el año pasado el país que acumuló una mayor cantidad de contratos, con cerca del 18% del total de las relaciones laborales firmadas por foráneos en Canarias.

El país transalpino encabeza, de esta forma, un grupo de diez nacionalidades que concentran la mayor parte del nuevo empleo foráneo registrado en 2016. Lo completan Marruecos, Colombia, Cuba, Reino Unido, Alemania, Venezuela, Rumanía, China y Argentina.

Dado que la hostelería es la ocupación mayoritaria de los extranjeros que se desplazan al Archipiélago a trabajar, no es de extrañar que los municipios más dedicados a esta actividad sean los que ostentan el mayor peso de la contratación foránea. Dos localidades de Fuerteventura -La Oliva y Antigua- lideran la tabla, pues el 38% y el 36%, respectivamente, de la contratación se realiza a ciudadanos de nacionalidades diferentes de la española. A continuación figuran Tías, Arona, Pájara, Yaiza y Adeje, todas ellas con proporciones de contratos a extranjeros superiores al 30% del total.

A la hostelería como empleo principal de los foráneos -casi un 55% se ocupa en estas actividades- la siguen otros servicios, con algo menos del 26%.