"Nunca nos había ocurrido antes y ya son muchos años de reparto a la gente más necesitada. Estamos desbordados y apenas nos quedan alimentos para atender la demanda. El viernes pasado fueron unas 200 personas y este esperamos todavía más gente". Lo asegura África Fuentes, veterana presidenta de la AV García Escámez, la ONG que reparte lo básico a 900 familias, de forma "legal" como ella dice, pero hasta 3.000 en total "porque no se niega a nadie la comida".

Como eso es sabido en toda la isla, "son muchos los que vienen del municipio vecino de La Laguna, de Tacoronte o de Candelaria. Y, además, han cerrado recientemente dos centros de reparto en Santa Cruz. Uno aquí, en Ofra y otro en Añaza".

EL DÍA fue testigo durante su vista de ayer de cómo se atendía a dos mujeres jóvenes, derivadas desde Barranco Grande.

África, "amiga especial" de los Reyes Felipe y Letizia, ha pasado por un mal momento anímico con la muerte de su perro "Nano" pero, fiel a su carácter luchador, sigue adelante. Con su compañera Rocío al lado y "un centenar de voluntarios que cada mañana recorren la isla de Norte a Sur en busca de pescado a las cinco de la mañana, del producto de las fruterías o de lo que les den los supermercados. "Racaneando" como dice Daniel, uno de ellos. "Pero no es suficiente y apenas da para la cuarta parte de la gente", apunta África. Recuerda, además, que "el Banco de Alimentos funciona bien y en breve recibiremos una nueva remesa de la Unión Europea, pero no basta. La semana pasada nos hicieron una inspección y todo está en regla pero no hay comida".

La demostración es un almacén semivacío, salvo en yogures - "pero la gente no vive solo de yogures", dice- y una zona alta en la que apenas queda algo de arroz y lentejas. Al otro lado, "una necesidad de lo más básico en aumento con la gente agresiva por eso. Y tenemos que responder porque no quiero que nadie se vaya sin su comida".

África asegura: "Vemos la realidad y es dura. Por ejemplo, la de un matrimonio calado por la lluvia caminando kilómetros con sus cinco hijos hasta llegar aquí. Las trabajadoras sociales dicen a conocer la situación de las familias pero la gente no cuenta lo que le pasa por miedo. Por ejemplo, a que le quiten sus hijos los Servicios Sociales. El silencio es el miedo".

Recuerda como "hay quien duerme en Santa Lastenia -"tranquilidad no le falta, dice riéndose")- o en casetas de campaña y los que cuando repartimos están el día anterior desde la una o las dos de la mañana y duermen en la plaza frente al local". Incluso, ha pensado "en escribir a Noruega, que es un país muy rico, para que nos ayude con comida".

Esta veterana activista de la solidaridad social hace "un llamamiento a todos, pero fundamentalmente a las grandes superficies y cadenas alimenticias. Si tienen comida a punto de caducar por favor dónenla para que podamos repartirla antes de la fecha definitiva a las familias que lo necesitan. Lanzo un SOS público desde aquí".